Bloodshot

Crítica de Marcos Guillén - Cuatro Bastardos

[REVIEW] Bloodshot.
Un soldado desmemoriado intenta recuperar su historia a través de rápidos golpes nano mejorados. Bienvenidos al nuevo film de Vin Diesel.
Admitiré desde el comienzo que no he sido lector del cómic que Eric Heisserer y Jeff Wadlow adaptan con dirección de Dave Wilson, un artesano de los efectos especiales que deviene en director. Su primer largo con actores reales, luego de su paso por «Love, Death & Robots» (2019) con «Sonnie’s Edge»; una interesante amalgama de cyberpunk y peleas clandestinas.
Acaso no será necesario entendemos -el haberlo leído, repetimos-, ya que las adaptaciones suelen ser tan libres como se propongan los estudios, como maquinen los guionistas. Algo, aclararemos también, más que positivo porque jamás podrá realizarse el traspaso sin perder algo de su genio fundador y necesario; porque para repetición sincronizada de las viñetas por qué producirla, verdad. Es por eso que ha sido un viaje de descubrimiento este personaje, interpretado por Vin Diesel – el cabeza de familia de la extensa y siempre presente «Fast and Furious»-, aunque pobre lección deja. No es un film aburrido, ridículo y hasta involuntariamente cómico quizás, pero no exento de algunas bien desarrolladas escenas de acción con sus jactanciosas «catchphrases» al uso.
Pero vayamos por parte; Ray Garrison (Vin Diesel) es un soldado revivido por la corporación Rising Spirit Technologies a través del uso de nanotecnología, convirtiéndolo en un soldado perfecto, inmortal y por lo tanto letal. Mientras intenta recuperar su memoria comienza una suerte de búsqueda implacable de quienes lo asesinaron. Venganza que lleva a cabo utilizando sus nuevas mejoras.
Es obvio que la historia, inspirada en el cómic que comenzó a publicarse en 1992, es una referencia tanto en tono como trama a las películas de acción de aquella década, una de las más interesantes, para bien o mal, de este género en particular. Cada uno de sus actos es una construcción milimétrica de sus características, el héroe solitario y quebrado envuelto en un conflicto reflejo de su interior, colmado de traumas pasados, las escenas de acción física, que aquí es un punto a destacar y la trama lineal, casi de manual sobre villanos y corporaciones oscuras, ligadas a intereses no muy santos. Todo este aparato al servicio de Garrison/Diesel genera una historia que al revisitar esos lugares comunes se siente por comenzar predecible y por seguir falta de la picardía que esas películas consentían en su drama, ciertamente para alivio de un público cautivo de la desenfrenada matanza.
Es ciertamente una extraña amalgama entre «Robocop» (1987) y «Demolition Man» (1993), ciencia ficción, acción y pulp que se toma demasiado en serio perdiendo la oportunidad de, también, construir desde otro lugar a sus personajes, la mayoría de ellos planos y por lo tanto estancados en medio del delirio nanotecnológico de la trama. Si de por sí el espectador entiende que es una historia imposible, y da pié a la suspensión de la incredulidad, un trabajo más concreto en su desarrollo del cuento habría colaborado a profundizarlo.
Porque tener esa fuerza elite de soldados mejorados que luego serán unos meros comparsas de, la además poco expresiva, performance de Vin Diesel es una pena y desperdicio de material. Muchas de sus acciones están sujetas a los giros que el guion necesita para seguir adelante, solo empujones de plot twist.
En definitiva, sin querer dilatar más esta review, concluimos que sus escenas de acción son la mejor baza de este film que de historia poco y nada, y menos en desarrollo de un personaje. Pero en definitiva, como debe ser, todo queda en manos del espectador.