Bloodshot

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

XxX volvé que te perdonamos, incluidas tus horrendas secuencias de acción con CGI barato.
Las historias del agente secreto especialista en deportes extremos eran malas pero al menos te hacían reír con sus ridiculeces.
Por el contrario, Bloodshot es una película tan aburrida como la fuente original que la inspiró.
Un cómic infumable de la editorial Valiant que surgió a comienzos de los años ´90 y se colgaba de un modo obsceno del suceso que había tenido un tiempo atrás el film de Roland Emmerich, Soldado universal, con Jean Claude Van Damme y Dolph Lundgren.
El protagonista era un militar muerto que revivía a través de la tecnología para ser utilizado como una máquina de matar cibernética.
Un héroe perfecto que no podía ser herido por balas, ataques de misiles e inclusive la incineración.
Otra habilidad que presentaba en la historieta era su capacidad para volverse invisible.
En otras palabras, un bodrio de proporciones épicas que consiguió llegar al cine debido a este apogeo que vive el género de superhéroes actualmente en Hollywood.
Sony a través de este proyecto se tira a la pileta para intentar establecer un nuevo universo cinematográfico que es la tendencia comercial del momento.
Una idea ambiciosa que encuentra dos grandes barreras en esta película.
Por un lado, Bloodshot cuenta con la desventaja de ser una producción penosamente genérica, monótona y predecible, donde los realizadores no hicieron nada por darle una mínima vuelta creativa a esta temática.
No es recomendable verla en el cine en una función nocturna ya que las posibilidades de quedarse dormido durante el visionado son grandes.
Toda la intriga del militar invencible que intenta vengar la muerte de su esposa mientras se esfuerza por recuperar los recuerdos perdidos de su vida es soporífera y el contexto que rodea al personaje carece de algún elemento atractivo.
Nadie le exige a un proyecto de estas características que presente un argumento de Isaac Asimov pero por lo menos debería ser entretenida y contar con escenas de acción decentes para pasar el rato.
La ópera prima de Dave Wilson, un realizador que viene del campo de los videos juegos, contiene efectos visuales paupérrimos que hoy ni siquiera se encuentran en una producción clase B.
La pelea final de Bloodshot con un falso Doctor Octopus en un ascensor parece una secuencia filmada en 1995 y ese es el momento más elaborado de esta producción.
Wilson con su penosa dirección evoca los vicios del peor Michael Bay de Transformers, donde inserta numerosos cortes de edición en los momentos peleas o tiroteos que impiden que se entienda con claridad lo que uno ve en la pantalla.
El otro inconveniente pasa por el casting de un Vin Diesel anestesiado, quien hace lo mismo de siempre y no presenta grandes diferencias en este papel y su labor en Rápido y furioso y XxX.
Tobin Bell encarna a un villano psicópata que odia al protagonista sin motivos y tiene una presencia limitada, mientras que Guy Pierce le da vida a un científico que parece salido de una película de los años ´60.
Dos grandes actores criminalmente desperdiciados en este sopórifero collage digital que nunca llega a entusiasmar con el prototipo de superhéroe perfecto que ofrece. El personaje principal es insulso, la trama es mala y falla a la hora de generar interés por el concepto de ciencia ficción que propone.
Tampoco hay secuencias de acción notables que por lo menos hagan entretenido al espectáculo desde los aspectos visuales.
No encuentro ninguna virtud destacable para justificar el costo de una entrada de cine en una película tan desganada en su realización como Bloodshot.
Otro fiasco de Vin Diesel para el olvido.