Blanca como la nieve

Crítica de Nicolás Quinteros - EscribiendoCine

Varios son los géneros a los que recurre la realizadora Anne Fontaine en Blanca como la nieve (Blanche comme neige, 2019) para reversionar el clásico cuento de hadas infantil popularizado por los Hermanos Grimm con el objeto de contar la historia de Claire, una mujer inmersa en un proceso de búsqueda (y descubrimiento) de sus deseos y de su felicidad.
Claire (Lou de Laâge), es una femme fatale inocente, que despierta una atracción irrefrenable en todos los hombres que la conocen, generando que su madrastra Maud (Isabelle Huppert) enceguecida por la envidia, quiera deshacerse de ella. Escapando del ataque pergeñado en su contra, se refugiará en el bosque donde deja atrás su vida pasada y comienza una profunda liberación, principalmente en el plano sexual.
En una de las escenas de la película, Claire le confiesa a un sacerdote que se acuesta con muchos hombres y le pregunta si no es una pecadora. “Sólo estás viviendo”, le responde el sacerdote.
Allí, radica tal vez, una de las mayores virtudes de Blanca como la nieve, la mirada acrítica de la realizadora sobre ese camino que recorre la protagonista en pos de la satisfacción de sus deseos y fantasías.
La película toma elementos de la comedia negra, del thriller y del film noir, aunque por momentos esta extraña combinación no resulte del todo acorde con el relato.
Asimismo, las diferentes referencias al famoso cuento - la manzana envenenada, la malvada madrastra, el bosque, el cazador y los siete hombres que rodean a la protagonista -, resultan algo forzadas y arbitrarias.
Sin embargo, la sola presencia de Huppert justifica el visionado de la película. Como en la reciente La viuda (Greta, Neil Jordan, 2018), la veterana actriz parece disfrutar de la interpretación de personajes malvados. En su composición de la madrastra, encuentra el tono que debería haber tenido toda la película. Su personaje, es un personaje de fantasía de un cuento de hadas con ribetes muy oscuros. Si todos los elementos de Blanca como la nieve hubieran seguido esa idea rectora, apartándose de cierta solemnidad en el mensaje, la manzana hubiera sido más tentadora de morder.