Blanca como la nieve

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una película de Anne Fontaine siempre despierta curiosidad y da expectativas. En este caso basada libremente en el famoso cuento de los hermanos Grimm, la directora y guionista ( junto a Pascal Bonitzer) intenta una versión moderna de enfrentamiento de dos generaciones de mujeres, de ironía y giros provocativos que se enreda en si misma sin un resultado demasiado atractivo. Una joven que perdió a su padre es el blanco del odio de su madrastra, ella le envidia su juventud, pero especialmente no soporta que su amante enloquezca por la bella muchacha. La “mala” manda matar a la bella pero ella se salva. Y doblemente porque en un pueblito rodeado de verde y montañas descubre su sensualidad y la desata alegremente con siete señores que representan a los siete  enanitos. La historia tiene muchos rulos, guiños y hasta una manzana envenenada pero se queda en un intento que aprovecha bellos paisajes, algunos momentos eróticos y no mucho más.  Isabelle Huppert siempre es una delicia verla. Lou de Laage es encantadora y bella y se luce en el descubrimiento de su sexualidad. Artificiosa, bien filmada.