Blair Witch: La bruja de Blair

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Con el recurso del "archivo encontrado" e imágenes grabadas de manera enloquecida por los personajes, la secuela del film de 1999, sigue los pasos del material original y agrega el uso de tecnología. Hay sobresaltos y tensión en primer plano.

El proyecto Blair Witch, la película de 1999 que utilizó el recurso del "archivo encontrado" con imágenes grabadas de manera enloquecida por los personajes, dejó su huella en el cine de terror de bajo presupuesto. Tuvo una olvidable segunda parte, El libro de las sombras: Blair Witch 2, con una historia que no conectaba con la original. Y ahora es el turno de Blair Witch-La Bruja de Blair, la secuela directa dirigida por Adam Wingard -nueva promesa del género luego de VHS, El ABC de la muerte y Cacería macabra, su film más logrado-, y el guión de su habitual colaborador Simon Barrett, quienes crearon una película similar para seguir la fórmula que funcionó exitosamente hace diecisiete años.

Un grupo de amigos, encabezado por James -James Allen McCune-, decide adentrarse en los bosques Black Hills, de Maryland, para intentar descubrir lo que ocurrió con su hermana desaparecida y relacionada con la leyenda de la bruja de Blair

Es cierto que quien pega primero, pega dos veces, y el material que los responsables tiene entre manos continúa con la atmósfera pesadillesca de la anterior, agregando el uso de la tecnología: un drone con una cámara que registra desde al aire lo que sucede con los incautos en el bosque siniestro.

Al film le juega en contra el paso del tiempo, ya que muchas películas fueron realizadas con la grabación de cámara en mano, pero el director se las ingenia para mantener la tensión a lo largo de casi noventa minutos.

Preocupado por crear una atmósfera terrorífica repleta de sobresaltos y desconcierto, Wingard se apoya también en los sonidos y quejidos que vienen de las entrañas del bosque, dejando para el desenlace lo más impactante de la historia, que muestra un poco más que el film dirigido por Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, quienes ofician aquí como productores.

Si bien el suceso del film original se basó en la exposición viral y en la manera de vender un producto que muchos creyeron "verdadero", acá el secreto ya se conoce. Primerísimos primeros planos, una herida que empeora en el pie de una de las protagonistas, carpas expuestas a los tormentos que vienen de la oscuridad y una casa que encierra algo diabólico, son los nuevos sustos que entrega esta versión 2016.