Black Widow

Crítica de Denise Pieniazek - Metacultura

La sororidad de las viudas

Black Widow (2021) es la primera entrega dentro de la gran saga de Avengers que tiene al personaje de Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) como centro de la historia y eje de la acción. Temporalmente el largometraje en cuestión se ubica entre lo acontecido después de Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War, 2016) y antes de Avengers: Infinity War (2018). Black Widow apareció públicamente por primera vez en el cómic de Marvel intitulado Tales of Suspense Nº52, publicado en 1964 como creación conjunta de Stan Lee, Don Rico y Don Heck. Además, fue el segundo personaje femenino en adoptar un nombre en clave, no casualmente el tercero, cuya aparición fue en los 90, llamado Yelena Belova (Florence Pugh), también participa en Black Widow como la “hermana” de la Viuda Negra, volviéndose la coprotagonista de la película.

El relato comienza con un prólogo ubicado en 1995 con una pequeña pero ya entrenada Natasha Romanoff, en el cual se nos presenta la vida familiar de la misma, con los presuntos progenitores, que son dos espías, Melina (Rachel Weisz) y Alexei (David Harbour). El prólogo finaliza con un conflicto con S.H.I.E.L.D. y la mencionada “familia” que desemboca en un escenario cubano donde los espera su líder, pues como es de costumbre en este tipo de films, el país enemigo de los Estados Unidos da asilo a dichos integrantes de la KGB soviética. A continuación, la acción se sitúa 21 años después con Black Widow tal y como la hemos observado en otras entregas. El conflicto involucra la misión de liberar a un ejército de mujeres que se encuentran sometidas, mediante componentes químicos y tecnológicos, a la voluntad de un cruel líder soviético, Dreykov (Ray Winstone), el villano del relato, quien quiere erradicar el concepto de libre albedrío.

Hay que destacar que Black Widow, en comparación con otras películas del género de superhéroes, posee una trama sólida y un buen desarrollo del estatuto de los personajes, con más profundidad psicológica que en otras entregas. Sin embargo, aunque hay una buena conceptualización del villano, su personificación resulta insulsa y endeble. El misterio en torno a su más potente “soldado” enmascarado se mantiene durante todo el relato y es uno de los puntos interesantes del mismo. Aunque podría haberse elaborado mucho más algunas cuestiones, como por ejemplo qué entrañaba ese conflicto de los 90, y visibilizar el entrenamiento y confinamiento de las “mujeres-soldado” en el “Red Room” (Cuarto Rojo), donde incluso se explicita mediante un parlamento que a las mujeres se les extraen sus órganos reproductivos en un proceso de deshumanización.

Al respecto, la película tiene el acierto de no explicitar o subrayar su feminist-power a diferencia de otras películas del cine popular hollywoodense. Sin embargo, resulta quizás algo paradojal que se recurra constantemente a la emotividad familiar en una película de acción y aventuras. ¿No será esto sostener el cliché patriarcal de que lo vinculado al universo mujeril es “sensible”? Incluso la cursilería de que el antídoto sea color rojo, quizás como una metáfora de que lo que salva a las mujeres es el amor.

Finalmente, el recurso del comic-relief en boca de los personajes de Yelena y Alexei/ Red Guardian rara vez resulta eficaz, porque al parecer ya se le ha hecho costumbre al cine de superhéroes creer que debe incluir humor ya que en algunas oportunidades ha funcionado. Incluso algunos chistes ponen en evidencia la metadiscursividad del género, se enuncia a las heroínas en tapas de revistas en contraposición a las heroínas anónimas. Por otro lado, el largometraje no abusa de los efectos especiales, a excepción de las escenas grandilocuentes en donde, por ejemplo, parece ridículo que un par de lentes no sean destruidos por el fuego. En conclusión, Black Widow es una película que cumple en cuanto a entretenimiento vacuo, pero que sinceramente no trascenderá ni a corto ni a largo plazo en el tiempo, cayendo en el pronto olvido. A ello mismo se debe la inclusión del tema musical Smells Like Teen Spirit (1991), de Nirvana, justo después de los créditos iniciales, cuya letra dice “with the lights out, it’s less dangerous/ here we are now, entertain us”, parafraseando “con las luces apagadas, es menos peligroso/ aquí estamos ahora, entreténgannos”, como si el espectador común en la oscuridad de la sala de cine enunciara que eso es lo que le pide a este tipo de películas, un poco de “cine shampoo”. Por último, como es habitual hay una secuencia extra post-créditos que deja la puerta abierta a la continuidad en pantalla del personaje de Yelena como posible sucesora de la Viuda Negra en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU).