Bestia

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Una cinta protagonizada por Idris Elba. Un safari en una reserva de animales deviene en una lucha por sobrevivir. La reconciliación emocional que propulsó el viaje vira prontamente hasta convertirse en auténtica pesadilla. El islandés Baltasar Kormákur, director de “Everest” (2015), suele centrarse en historias de cine catástrofe. Aquí, la ecuación es simple: un león persigue a una familia en la sabana africana; inteligencia humana o fuerza animal, solo uno prevalecerá. “Bestia” cumple con la premisa de entretener en una tarde de domingo vía streaming. Depredadores y presas enfrentadas, el sadismo puesto a prueba y el peligro acechando. ¿Empatizaríamos con los deseos de la bestia omnipresente o con las intenciones de furtivos cazadores? Escenas orgánicas mantienen la atención, prefiriendo el uso de planos secuencia al corte frenético. Toques de drama familiar sazonan una atmósfera asfixiante. Sin embargo, no existe demasiada ambición artística en un producto previsible, plagados de clichés. Fallas evidentes de guion en decisiones sin sentido alguno quitan verosimilitud a una propuesta enfocada meramente en entretener. Bajo presión, la adrenalina fluye. Un golpe final es inevitable, el cazador ha caído en la trampa. El enfrentamiento a puño limpio corre el límite de lo fantástico. Solo así podrá el bueno de Elba (“Luther”) librearse de la incesante amenaza, así como de las imágenes traumáticas de su difunta esposa. El salvataje cierra el círculo abierto y cumple la promesa: pelear por la propia sangre.