Berberian sound studio

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Dirigida por el británico Peter Strickland, Berberian Sound Studio acaba de coronarse como el Mejor Film en Competencia Internacional en la decimoquinta entrega del BAFICI.

Por amor al arte

Es la década de 1970. Gilderoy es un ingeniero de sonido ingles que llega a Italia para trabajar en una película de la cual sabe poco y nada. No tardará demasiado en darse cuenta que está trabajando en la nueva película de horror de Gianfranco Santini, un hombre con una visión firme sobre su film pero con un ego demasiado grande. A medida que la labor de Gilderoy avanza comenzará a perderse en las tenebrosas imágenes que filmó Santini y de esa forma, muy lentamente, comenzará también a perder la cabeza. Berberian Sound Studio es una carta de amor al sonido, es un homenaje al giallo (sobre todo a Suspiria de Argento) y es una película que haría a David Lynch muy orgulloso.

De Lynch y de loco, todo el mundo tiene un poco

Uno solo puede sentir compasión por el pobre de Gilderoy cuando llega a Italia. Debe lidear con las barreras del idioma, la poca simpatía de sus compañeros de trabajo y con un productor que abusa de todos los que tiene a su cargo. Peter Strickland hace un trabajo fantástico planteando un conflicto y la interpretación de Toby Jones (a quien reconozcan de superproducciones como Capitán América y Los Juegos del Hambre) como Gilderoy es simplemente maravillosa.

Durante los dos primeros actos vemos como Gilderoy se interna cada vez más en el mundo de Santini y su película de terror acerca de un convento de brujas. Gilderoy no acostumbra trabajar en películas de terror, de hecho nunca se deja muy claro en qué tipos de films suele trabajar, pero está más que claro que las horripilantes imágenes de la película en la cual está trabajando ahora lo afectan más de lo normal. Muy sabiamente Strickland nunca nos muestras estas imágenes, pero mediante a la interpretación de Jones y un excelente uso del sonido sabemos que no son para nada bonitas. Sumando a esto el continuo ninguneo que sufre el hombre por parte del productor del film, Gilderoy (quien suele reprimir sus sentimientos y se guarda las palabras para sí mismo) comenzará lentamente a perder la cabeza. Aquí es cuando la película entra en un terreno “Lyncheano” y (al igual que las últimas películas de Lynch) pierde todo sentido. Strickland definitivamente no es Lynch, aunque hace un buen trabajo. Aquí el problema está en que mientras Lynch es un surrealista desde el plano 1, Strickland se lo reserva para el último acto, donde toda la fantástica construcción que venía haciendo se va al tacho (por decirlo burdamente).

Como es de esperar en una película que se llama Berberian Sound Studio, la edición de sonido es no menos que espectacular y la razón principal de que el film funcione tan bien. Las cosas que Strickland no nos dice con imágenes nos la muestras a través del sonido y se siente casi como tenerlas frente a nuestros ojos. El homenaje al giallo no termina solo en las referencias a Suspiria, el viejo film de Argento, también están implícitas en la estética y la hermosa fotografía a cargo de Nicholas D. Knowland. En el plano actoral Toby Jones se carga el film al hombro y está mas que bien acompañado por un correcto elenco secundario.

Conclusión

Berberian Sound Studio es un pequeño gran film que sobre el final se vuelve demasiado intrincado para su propio bien. El clima opresivo que logra Strickland a lo largo de toda la película sumado a una gran labor técnica en todos los rubros hacen que Berberian Sound Studio sea una más que digna ganadora en este ultimo BAFICI. Resulta de visión casi obligatoria para cualquiera fanático del sonido, del giallo o de David Lynch.

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