Bebés

Crítica de Juan Samaja - CineFreaks

Cuando la diversidad cultural la deciden ellos...

Bebés es un documental con pocas pretensiones pero realizado con la suficiente corrección como para ser preciso y eficiente en los efectos buscados.

El relato está organizado a partir de una exposición alternada de cuatro niños de diversos lugares del mundo: la sabana de Namibia, la estepa de Mongolia, una ciudad japonesa (quizás Tokio) y luego San Francisco en California.

Se trata de un registro en campo de escenas espontáneas de la vida cotidiana de los niños y sus madres y padres en los contextos de socialización. El relato comienza desde la preparación del parto, hasta los primeros pasos que dan los niños por sus propios medios.

A pesar de lo accesible del documental y la belleza de las imágenes, llama poderosamente la atención la ausencia de algunas geografías significativas; el centro y el sur del continente americano, y el continente europeo en su totalidad no están representados en el film. Esto último es llamativo teniendo en cuenta que se trata de una producción francesa. Suponemos que en esta decisión influyó el criterio de hacer del documental un relato amigable y no demasiado extenso, pero lo obtenido en brevedad, lamentablemente se pierde en profundidad, sobre todo cuando el objetivo es documentar la diversidad de los contextos en que los niños se van conformando como seres de la cultura. ¿O acaso los realizadores consideran que el niño californiano representa a todo el mundo occidental?

Rescato del documental, no obstante, lo que considero más valioso: el registro de escenas de socialización de cada niño, y las formas en que los adultos los llevan a protagonizar diversos tipos de experiencias. Pero también aquí, creo que es débil en algunos aspectos cruciales que tienen que ver con los ejes seleccionados en el documental. En efecto, la secuencia de imágenes se parece más una acumulación arbitraria que a una organización común para comparar los contextos. El documental es innegablemente comparativo, aún cuando su único objeto sea conocer las divergencias. Pero nadie desconoce que para comparar es necesario considerar ejes comunes. Esto no atenta contra el conocimiento de lo divergente; pueden compararse ejes comunes para evaluar cómo varían en un contexto u otro.

El film escoge muy pocos criterios comunes, entre ellos la preparación del parto, y las escenas finales de los primeros pasos. Pero el resto de las imágenes de cada contexto parecieran seguir una lógica propia. Por ejemplo, se enfatiza mucho en la educación musical, tanto en el contexto de la ciudad japonesa como en el de California. Los niñitos mongoles y africanos parecen, en cambio, no tener contacto alguno con la música. Esto podría llevar a la errónea presunción –por parte del espectador- de que allí la expresión musical no tiene una importancia cultural significativa, lo que se refuta en cualquier estudio etnográfico serio.