Beautiful Boy: Siempre serás mi hijo

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Que la droga es un flagelo es algo que Hollywood viene explicando desde aquellos lejanos tiempos en los que Frank Sinatra se inyectaba heroína en “El hombre del brazo de oro”. Esto es, resulta difícil que aparezca algún guionista que logre sumar algo nuevo al tema, a pesar de las nuevas variedades de químicos que han ido apareciendo con el paso del tiempo. Tal vez por eso el asunto ha terminado recibiendo, más que nada, el tratamiento cómico de éxitos de taquilla como la saga de “¿Qué pasó ayer?”. Pero no, nada hay de cómico en este flamante melodrama producido por los estudios Amazon. “Beatiful Boy” es un viaje agridulce al mundo de la adicción a la anfetamina desde el punto de vista de la relación entre un padre escritor y un hijo víctima de la droga. En esta relación radica la originalidad de la película, y todo el peso recae sobre los dos excelentes protagonistas, Steve Carell, como el padre, y Timothee Chalamet como el joven de 18 años absolutamente brillante en todo sentido, con el único problema de que no puede dejar de consumir metanfetaminas. El guión recorre los caminos del caso, incluyendo los intentos de rehabilitación, los pequeños triunfos logrados por la sobriedad y las eventuales recaídas, sin lograr comprometer del todo en esta historia al espectador. El excelente soundtrack va desde la canción homónima de John Lennon a temas de Perry Como y Nirvana, y siempre mantiene las cosas animadas.