Battleship: Batalla naval

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

Transformers acuáticos

Basada en el clásico juego Batalla Naval, de Hasbro -compañía que anteriormente produjo Transformers-, la película continúa en esa misma línea, solo que esta vez le agrega marinos, barcos, y mucha agua.
La invasión alienigena encuentra a los protagonistas a bordo de un acorazado, durante un ejercicio de maniobras. El ataque se produce en varios lugares del planeta pero, aparentemente, solo la marina de Estados Unidos es capaz de defenderse, y luego responder al ataque para salvar al mundo.
A partir de ahí, la película recurre a todos los lugares comunes de este género y de otros géneros cinematográficos también; marinos responsables y orgullosos de servir a su patria, ovejas descarriadas que encuentran el camino sirviendo a su país, almirantes temibles, soldados que regresan mutilados pero que no pierden el orgullo, científicos nerds, políticos inservibles que hablan mucho, y chicas rubias que esperan la vuelta de su amado soldadito.
El guión es flojo, todo lo que sucede es esperable, los recursos son simples mas efectivos, como algunos obvios golpes bajos melodramáticos, y toques de comedia estereotipados.
El fuerte de la película son los efectos visuales, impresionantes hasta en el mas mínimo detalle logran el impacto buscado, de un modo desbordante más que estético. Por momentos resultan un tanto excesivos, pero cabe destacar el diseño de los aliens, que en cuanto a lo visual es lo mas destacable de la película.
Es llamativo lo básico de la musicalización, mas allá de los estruendos sonoros durante las escenas de acción, se recurre a las baladas melosas en las escenas emotivas, y a clásicos del heavy metal cuando los soldados están demostrando su poderío, con una diferencia de cinco segundos, a veces, entre un tema y otro.
Una vez más los aliens invaden la tierra, son cien veces mas inteligentes, superiores, con una tecnología monumental, pero los valores de estos heróicos soldados de la tierra de la libertad pueden con todo, e insisten con salvar al mundo, aunque el mundo nunca los llame.