Batman: el caballero de la noche asciende

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Y un día... Batman volvió para decir adiós

Christopher Nolan demostró en el inicio de la trilogía su capacidad para reinventar un personaje como Batman y trasladarlo al mundo real, en donde su figura representa al héroe capaz de salvar al mundo, pero que no es más que un simbolismo de cualquier mortal capaz de ocupar ese rol. En Batman: El caballero de la noche asciende (The Dark Knight Rises, 2012) esa teoría es revalidada para producir un cierre perfecto.

La historia nos presenta a un Bruce Wayne (y Batman) (Christian Bale) que lleva desaparecido unos ocho años. Encerrado en su casa, víctima de una depresión no tiene ningún contacto con la realidad más allá de su fiel mayordomo Alfred. Tanto alejamiento del mundo lo han llevado a la bancarrota y ya no es el millonario empresario de ciudad Gótica. Pero la aparición del villano Bane (Tom Hardy) y la bella ladrona Selina Kyle (Anne Hathaway), la Gatúbela a la que nadie llama como tal, sacarán a Wayne (y Batman) del ostracismo para poder devolverle a la ciudad la paz perdida y probarse a sí mismo que todavía hay una vida más allá de las perdidas y fracasos.

Batman: El caballero de la noche asciende es una película de superhéroes pero bien podría no serlo. En la historia el lugar de Batman puede quedar en manos de cualquier mortal sin la necesidad de ningún tipo de poder especial más allá de la destreza fisica y mental. Nolan logra en ésta trilogía humanizar al superhéroe. Batman es un hombre como cualquier otro y su forma de actuar bien podría equiparase con la de un agente de la ley (por dar un ejemplo, pero también ser un presidente) que lucha contra la violencia, que cae prisionero, que debe ingeniárselas para escapar y que de su fuerza dependerá el futuro de la ciudad. Narrativamente la historia funciona como un film épico en donde la necesidad de la figura del héroe ausente está en un subrayado permanente.

Christopher Nolan pone un villano con un discurso anticapitalista con el que se gana a la población instigándola a luchar contra la explotación neoliberal y los somete a un mundo en donde serán los propios habitantes de Gótica quienes impartirán la justicia, aunque más tarde quede demostrado que detrás de dicho discurso solo haya pura demagogia y éste sirva sólo para que Bane logre su cometido.

En Batman: El caballero de la noche asciende hay secuencias memorables, batallas campales como sólo Nolan puede filmarlas, y grandes actores en personajes que le escapan de manera continúa al estereotipo con interpretaciones más cercanas a la realidad que a una ficción basada en un comic. De más está decir que su realización técnica es impecable.

Nolan logró reinventar un personaje, trasladarlo a la actualidad y convertirlo en un hombre que asumió un rol justiciero cuando parecía que Batman nunca iba a poder desprenderse de su propio karma. El final perfecto para una trilogía que será difícil de superar. Aunque esta hipótesis sólo sea producto de la subjetividad.