Batman: el caballero de la noche asciende

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Las películas más exitosas en vacaciones de invierno (La era del hielo 4, Madagascar 3, El sorprendente hombre araña) son en su mayoría secuelas y nuevas versiones de éxitos del pasado. Ahora se agrega “Batman: el caballero de la noche asciende” (“The Dark Knight Rises”) que cerraría (?) una nueva trilogía, siempre dirigida por Christopher Nolan. Este director inglés adquirió merecido prestigio con “Memento. Recuerdos de un crimen”, su segundo largometraje, confirmando su originalidad con la siguiente “Noches blancas” (“Insomnia”).

La presentación de “Batman inicia” en el 2005 no dejó conforme al mundo cinéfilo. Al fin de cuentas el personaje ya había sido abordado por Tim Burton en 1989 (inolvidable “Guasón” de Jack Nicholson) y en tres secuelas más, hasta el cierre de la serie anterior en 1997. Algunos memoriosos incluso recordarán que ya se había estrenado en 1966 una película del personaje encapotado interpretado por el legendario Adam West.

La segunda de Nolan en el 2008 (“Batman, el caballero de la noche”) tuvo un plus inesperado al ser la película póstuma de Heath Ledger (otro “Guasón” increíble) y una trama que se seguía con cierto interés. No es el caso de la que ahora nos ocupa.

Difícil resulta explicar el por qué de tan elogiosos comentarios que viene cosechando tanto a nivel local como por parte de la crítica de su país de origen. Se repiten los personajes y los actores que los interpretan. Michael Caine es nuevamente el mayordomo Albert, Gary Oldman el jefe de policía, Morgan Freeman es Lucius Ford y obviamente Christian Bale es el millonario Bruce Wayne y su alter ego Batman.

Las pocas novedades las aporta básicamente el cast femenino con Marion Cotillard (Miranda) y Anne Hathaway como Gatúbela. En una de las primeras escenas se la ve bailando con Wayne y más de un espectador se habrá sorprendido al comprobar que danzan al compás de la “Pavana para un infanta difunta” de Maurice Ravel.

Habrá por supuesto un nuevo malo, de corto nombre (Bane), que interpreta el inglés Tom Hardy y un joven policía (Blake), rol a cargo de Joseph Gordon-Levitt (“El origen”) que, por una mención al final, sembrará la duda sobre si verdaderamente se acabó la serie.

Ya parece una regla que con cada eslabón de la hasta ahora trilogía se agregan unos diez minutos más, con lo que ésta ya dura poco menos de tres horas, que se sienten. A tal punto que, en algunas funciones como la que le tocó a este cronista, hubo un “intermedio” seguramente para comprar más “pochoclo” y gaseosas.

Se mencionó la poca originalidad de la trama que plantea nuevamente la posibilidad de que un artefacto nuclear sea explotado en una gran ciudad que no es obviamente Nueva York sino Ciudad Gótica, aunque mucho se le parece.

Técnicamente la película es impecable lo que se percibe desde el inicio con una de las pocas escenas novedosas que transcurren en un avión a gran altura. Pero esa promesa pronto se desvanece y entra en una larga serie de alusiones a personajes de películas anteriores como el fiscal Harvey Dent o Ducard/Ra’s Al Ghul (Liam Neeson), flash-back incluido. Quien no esté familiarizado con dichos episodiod podrá perderse “algo” pero para la mayoría de los espectadores éste no será el caso. Más aún, si ya disfrutaron de las dos anteriores, el consejo es que reincidan. Para los no adictos en cambio es probable que coincidan con la advertencia inicial de esta nota donde se afirma que las ideas parecen estar agotándose en Hollywood.

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Publicado en Leedor el 27-07-2012