Batman: el caballero de la noche asciende

Crítica de Alberto Harari - MI CINE - por halbert

"LA DESPEDIDA DEL ENMASCARADO"

Y llegó… Finalmente, la conclusión épica de la trilogía de “Batman: El Caballero De La Noche”, de Christopher Nolan, arribó a su fin.
Habiendo abordado el inicio en 2005, y una celebrada secuela en 2008, la trilogía se completa con una apuesta dramática y oscura.
Esta vez, el Caballero de la noche debe enfrentar a Bane, un terrorista enmascarado con portentosa voz, cuyos brutales planes de hacer desaparecer a Ciudad Gótica hacen que el multimillonario Bruce Wayne salga del exilio voluntario al que se sometiera años atrás, enfundado en su traje elastizado negro. Y este Bane usa una especial máscara para ocultar su identidad, para anestesiarse contra un dolor martirizante, por heridas que sufrió hace mucho tiempo.
Al decidir quién sería el próximo villano, era imperioso encontrar alguien completamente diferente al Guasón: alguien con fuerza bruta, que desafíe a Batman hasta las últimas consecuencias. Sin ir más lejos, una de las secuencias más impactantes están a su cargo: el momento de la voladura en el estadio de fútbol americano y en distintos puntos de la ciudad.
Sin embargo, no es Bane quien saca a Wayne de su mansión, sino un intrigante encuentro con una ladrona llamada Selina Kyle, más conocida como Catwoman o Gatúbela, muy virtuosa en el oficio del robo con guante blanco.

Tom Hardy y Anne Hathaway le dan vida a Bane y Gatúbela, ambos responsables de quitarle el sueño al hombre enmascarado, aunque la gatuna villana, además de hacerle frente, se aliará, más de una vez, a Batman. Pueden actuar de maneras muy diferentes, pero en realidad tienen mucho en común: les gusta mantener ciertas cosas ocultas…
Gary Oldman retoma el papel del mejor policía de Ciudad Gótica, el Comisario Gordon, muy bien secundado por el oficial de policía John Blake, personaje a cargo de Joseph Gordon-Levitt que, en el desenlace, descubre una identidad que resulta de lo más asombrosa.

Interpretando el doble papel de Bruce Wayne y Batman por tercera y última vez, Christian Bale cede bastante su protagonismo ante las apariciones de los villanos. Resulta bastante compartida la pantalla esta vez: todos los personajes tienen tiempo de aparecer y lucirse, ya sea el Alfred de Michael Caine, la Miranda Tate de Marion Cotillard o el Lucius Fox de Morgan Freeman. Todos ellos tienen importantes participaciones y necesarias escenas, a lo largo de 165 minutos.
Con una gran parte de su elenco de "Inception", Nolan presenta un cierre faraónico para su trilogía, donde el guión arranca con cierta morosidad, demorando el enfrentamiento entre superhéroe y villanos, para luego avanzar in crescendo hacia un clímax que pone los pelos de punta, y le proporciona al espectador el nervio necesario para mantener el interés. En montaje alterno vemos cómo los protagonistas y antagonistas avanzan en querer cumplir su cometido: unos, intentando evitar que explote una bomba nuclear; otros, oponiéndose a ello.

Los temas tratados en la película están captados en la excepcional y omnipresente banda sonora. La colosal música fue compuesta por Hans Zimmer, en su cuarta colaboración con Nolan, incluyendo las tres películas de El Caballero De La Noche. El compositor mezcla ecos de la música de las películas anteriores.
Si bien no supera a su antecesora película, el filme se constituye como primordial, dado que se propone como el final ¿definitivo? de la saga, y ello la hace inevitablemente especial. El desenlace, con cierta nostalgia, tristeza y doble mensaje, deja abierta la chance de ver algo más en un futuro próximo, pero por lo pronto, pareciera que con este filme una etapa se cierra definitivamente. Como dice su director: “Estamos muy orgullosos de este final y esperamos que el público comparta nuestra emoción”. Y así es, gracias a Dios.