Batalla por Terra

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Para adolescentes y niños varones

Como en "Avatar", los humanos buscan un planeta para apoderarse de su energía.

Nadie puede arrogarse ser el dueño, no ya de la verdad, sino de la originalidad en el cine. Típica historia de ciencia ficción, con un planeta siendo atemorizado por una invasión extranjera, Batalla por Terra 3D es, en su base y su fondo, lo mismo que en Avatar cuenta James Cameron: los humanos aniquilaron sus fuentes de energía y marchan hacia el espacio en búsqueda de conquistar algún planeta donde poder obtener lo que destruyeron en el suyo.

Como los Na'vis imaginados por Cameron, los habitantes de Terra son pacíficos y no molestan a nadie. Hasta que los molestan. Si los humanos vencen, será a costa de los habitantes de Terra, ya que para obtener el oxígeno deberán realizar cierto dispositivo que terminará envenenando a los locales.

La protagonista es Mala, que no es mala sino todo lo contrario. Ama surcar el aire con su máquina, y como es algo rebelde, llegar hasta un túnel de viento y hasta ahí nomás, porque los líderes no permiten ir a zonas prohibidas. Cuando el ataque, su padre es apresado con otros cientos, y ella rescata a un piloto humano herido. Claro, Mala quiere recuperar a su papá, y con la ayuda del buenazo de Jim elaborarán un plan para salvar a la raza humana y al planeta Terra.

Proyectada en 3D, la película del canadiense Aristomenis Tsirbas gana algo en la profundidad. Es un relato de aventuras, con algunas escenas que no ahorran crudeza -cuando los buenos se quedan sin poder respirar-, con generales malos y el pueblo siempre bueno, personajes corajudos, desafiantes y rebeldes. El público de Batalla por Terra 3D son los niños varones y algunos adolescentes. El estilo visual de las batallas también remite, en parte, a Star Wars: la guerra de los clones. En síntesis, un entretenimiento, un pasatiempo para seguir alimentando la fiebre del 3D en el público infantil.