Barry Seal: sólo en América

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Hechos reales y tono de comedia alocada, una fórmula con buenos resultados para contar que pasó en los ochentosos y divertidos años en los que el personaje del título cuenta su propia historia. Es el feliz reencuentro del director Doug Liman (el de la saga Bourn, dirigió la primera y produjo el resto) con Tom Cruise, juntos hicieron “Al filo del mañana”. Pero en este caso, con libro de Gary Spinelli, encontraron el tono gusto de “locura” para contar realidades impresionantes. Todo empieza con una travesura del joven piloto de TWA aburrido en un vuelo, y sigue cuando descubierto en un pecado de contrabando le proponen trabajar para la CIA. Barry Seal se juzga a si mismo como un hombre arriesgado en las aventuras mas delirantes. Y cumple con lo que promete. Primero se dedica a fotografiar a los rebeldes sandinistas de Nicaragua. Después se conecta con Pablo Escobar y encuentra la manera de ganar demasiado dinero trayendo droga a EEUU en sus viajes sin control. Luego Después llevara armas del gobierno de EEUU a los contras y los traerá para un entrenamiento secreto. Pero también contribuirá al desarrollo del reino de Escobar entregando armas a cambio de droga para que ganen “los contras” y también el piloto. Y cuando todo parece desbaratarse y lo persiguen para que pase el resto de su vida en la cárcel, será contratado por la Casa Blanca, en la era Reagan a quien sigue viendo como el cowboy de ficción. Desvergüenza moral, sordidez, salvajismo. Todo junto en un coctel donde los intereses del protagonista corren al vaivén de las operaciones secretas del gobierno de EEUU, pero con el ritmo alocado del humor y la aventura. Tom Cruise ofrece uno de sus mejores trabajos secundado por un gran elenco. Para divertirse y pensar.