Barbie y la puerta secreta

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

No, no es que Barbie finalmente haya alcanzado un largometraje con una calidad tal como para lograr el gran salto a las grandes pantallas. "Barbie y la puerta secreta" es otro de los films que hace ya varios años vienen estrenándose en todo el mundo directo al mercado hogareño. Lo único que cambió es que, tal vez viendo el filón en que se convirtieron los films de Tinkerbell (que en EE.UU. y otras partes llegan directo a DVD/Blu-Ray y en Argentina se estrenan en vacaciones con buena repercusión de público), se decidió proyectarla en una sala cinematográfica.
Nada cambió, "Barbie y la puerta secreta" es otra cinta de presupuesto limitado, de calidad ad hoc, pensado directamente para promocionar una nueva línea de la famosa muñeca, y que ofrece todo para que las nenas “vuelvan locos” a los mayores queriendo ver la misma película una y otra y otra vez frente al televisor con el disfraz de princesa puesto.
En esta oportunidad, si bien el film no se centra directamente en ningún cuento clásico de modo directo, toma un poco de cada lado. Como siempre, se toma a Barbie como si fuese una actriz, y aquí interpreta a Alexa, una princesa rebelde, que bajo ninguna circunstancia quiere hacerse cargo de lo que le toca vivir por su título noble impuesto. Por obra del azar, y porque así lo dice el argumento, ella encuentra una puerta mágica, que al atravesarla permitirá ingresar a un mundo mitológico lleno de seres especiales, en el que también se halla Maluria, especie de princesa y bruja, que quiere quedarse con el lugar y lo logra quitándole los poderes a todos los habitantes.
Barbie/Alexa va a enfrentase a la malvada en compañía de los otros personajes de variopinta especie.
No sabemos si el hecho de verlo en pantalla grande agiganta también los efectos, o si directamente este film es aún más flojo que los que lo precedieron. Lo cierto es que, probablemente las nenas entren en un suerte de frenesí en la sala, pero los adultos serán sometidos a una historia de por más plana, que toma elementos de cuentos mucho más complejos y los banaliza, con una animación sin vida, plagada de colores pasteles chillosos que hacen mal a la vista, y como si fuese poco una serie interminable de números musicales que traspasan lo irritable.
Si analizaríamos un poco más allá de lo que esto tiene para ofrecer como entretenimieno vacío, podríamos analizar lo mismo que se le critica a la franquicia de Barbie en todos sus formatos, el preconcepto de belleza, el tufillo a discriminación, la idea de la mujer como envase y estilo de vida banal, y el tomar a los niños como mera mercancía redituable. Pero no hace falta llegar a esos análisis para concluir que "Barbie y la puerta secreta" no es un producto ni remotamente cercano a lo que la animación puede ofrecer en la pantalla grande… más, sabiendo que títulos muy superiores pero menos comerciales (como la mayoría de los films de Studio ghibli o afines) rara vez llegan a nuestro país.