Bárbaro

Crítica de Gastón Dufour - Cinergia

El director Zach Cregger presenta una de miedo de verdad

El debut de Zach Cregger con Bárbaro presentaba grandes expectativas y las primeras opiniones le daban pulgar en alto a una producción tan cruda como violentamente divertida. La película abre muchas puntas y despliega un horror tan magnífico y sorprendente que prácticamente el espectador no da crédito a lo que ve.

Con elementos que remiten a films como La gente detrás de las paredes, el clásico absoluto de 1991 dirigido por el genial Wes Craven, Bárbaro da en la tecla en su búsqueda de realmente asustar y entregar puntos de asombro que ayudan a un desarrollo como el que un relato de este tipo necesita.

El humor no falta y la mayor parte recae en la figura de Justin Long, a quien recordamos de decenas de películas, pero no podemos olvidar su participación en Arrástrame al infierno, de Sam Raimi, otro gran exponente del género. Excelente la presencia y el protagonismo de Georgina Campbell y Bill Skarsgård, quienes entregan sostén a la primera parte del film.

El epílogo no desentona con el establecimiento de la historia tal como el director la presenta y desemboca en un film tan efectivo como, de algún modo, desquiciado en lo estético y concreto en su despliegue.