Bárbara

Crítica de Diego Lerer - Otros Cines

Ese misterio llamado mujer

Otra compleja película del gran director alemán en la que vuelve a apostar por un cine rabiosamente cinéfilo y enmarcado en cruces de género insospechados y originales, con una trama donde lo sociopolítico está también en primer plano.

En Yella y Triángulo (Jerichow) proponía algo similar: historias sobre los inmigrantes o la corrupción económica siempre enmarcadas en relatos de suspenso, estilizados, que generan una suerte de distanciamiento (a la manera de Rainer Werner Fassbinder, si se quiere hacer una comparación) y, a la vez, apelan a las emociones más ocultas y menos evidentes.

Barbara es la clase de film sobre la Alemania Oriental que les gustará a quienes no les interesó mucho, digamos, La vida de los otros. En lugar de apostar por la identificación más obvia y previsible, casi sin grises, entre los héroes y villanos de la trama, Petzold hace que nunca sepamos demasiado bien qué está sucediendo y qué cartas se esconden en esta trama que involucra a dos médicos, Barbara y Andre (su actriz-fetiche Nina Hoss y Ronald Zehrfeld), que se conocen en un hospital y que empiezan a relacionarse en un clima en el que reina la sospecha.

Habrá varias subtramas -acaso demasiadas, algo usual en Petzold, que le gusta llevar sus películas por caminos en exceso sinuosos- ligadas a pacientes, ex parejas, un pasado probablemente oscuro de ambos, ocultamiento y manejo de dinero, tráfico de un lado al otro de la “Cortina de Hierro” en los años '80, pero el eje estará siempre puesto en esa relación ambigua entre los dos personajes, especialmente en la seca y misteriosa Bárbara, que sólo piensa en escaparse, y a la que este hombre empieza a buscar con intenciones que no son del todo claras. Una película ambiciosa y fascinante.