Baldío

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Profunda y dolorosa mirada a la droga y sus consecuencias

El flagelo de la droga ataca a todos los estratos sociales, sin pedir permiso. La adicción no se puede controlar sin ayuda, y eso es algo que no acepta Hilario (Nicolás Mateo), un joven fumador de paco que vive en la calle, pese a que proviene de una familia de clase media, porque está dominado por la enfermedad y prefiere escaparse de los institutos en los que fue internado, antes que curarse.

Con esta dura realidad tiene que lidiar Brisa (Mónica Galán), una afamada actriz que está rodando una película, cuando sus problemas personales le dan un resquicio.

Inés de Oliveira Cézar dirigió una historia ideada por Mónica Galán (16 de octubre de 1950 – 15 de enero de 2019), quien la protagonizó, siendo su última labor actoral. Realizada en un crudo blanco y negro, con un ritmo lento para realzar la gravedad del asunto donde una tenue, pero contundente melodía, que proviene de un piano, suena sólo un par de ocasiones para crear una atmósfera seca y opresiva, tan necesaria para tratar un tema muy cruel, dramático, y de compleja resolución.

A Brisa le toca estar presente en dos ámbitos tan lejanos como son su casa, a la que Hilario va de vez en cuando y roba lo que tiene a mano, y el set de filmación que oxigena un poco la historia y también su vida personal, aunque en ese lugar se desarrollan otros problemas, pero quienes tienen que ocuparse de ellos son el director y su equipo de producción.

La protagonista está sola para enfrentar la situación. Se separó del padre de su hijo hace quince años. El ex marido, interpretado por Gabriel Corrado, intenta ayudarla sin muchas ganas, pues ya está resignado al destino del muchacho.

El drama narrado es muy profundo y doloroso. Madre e hijo sufren hondamente por la situación, aunque de manera diferente: Hilario es autodestructivo y librado a su suerte, Brisa está agotada y agobiada, pero eso no le impide seguir intentando, por enésima vez, rescatar de las penumbras a su único hijo.

Las actuaciones de ambos son muy convincentes y creíbles. El resto del elenco, con participación de reconocidos y populares intérpretes, secundan, en mayor o menor medida, la titánica lucha diaria de Brisa con las malas actitudes de su hijo, perdido por su adicción a las drogas sin desear recuperarse, aunque se lo supliquen.