Bajo mi piel morena

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Morena trabaja en la fábrica desde que era un muchacho. El gerente y los compañeros la bancan, salvo un desubicado y las mujeres de administración. Myriam es nochera, sale con el hijo de un intendente y tiene una relación tóxica con unos policías fiesteros. Claudia, profesora recién recibida, hace una suplencia en una escuela secundaria donde debe enfrentarse a una madre buscapleitos, amiga de concejales y de las “pibas” que manejan el comedor del barrio. Lo que acá se cuenta, en parte inspirado en la experiencia de sus propias intérpretes, es la vida de tres mujeres transexuales del conurbano, con sus luchas, sus ilusiones y penas de amor (los hombres casados suelen ser doblemente falsos). Completan el cuadro la anciana madre de la obrera y una joven empleada que también tiene sus penas e ilusiones. No hay mayor bajada de línea, y todo suena verosímil. Singular, el modo en que se cierra, dejando al público a la expectativa. Caben algunos reproches hacia el armado de los diálogos y el modo amenazante en que son recitados, pero, ya se sabe, esa son marcas de estilo de su autor, José Campusano, hombre intuitivo, de buen arraigo entre los suyos. Rodaje en Avellaneda y Ensenada.