Bajo la corteza

Crítica de María Paula Iranzo - Cine Argentino Hoy

Viendo el presente ambiental de nuestro país es acertado decir que este estreno no pudo ocurrir en un mejor momento. Bajo la corteza es un film dirigido por Martín Heredia Troncoso que llega a los cines en la semana del 3 de marzo.
En las sierras cordobesas -en medio de incendios forestales que azotan a la zona-, César Altamirano (Ricardo Adán Gonzalez) es un trabajador que vive en una situación económica precaria. Todo parece cambiar cuando conoce a Héctor Zamorano (Pablo Limarzi), un empresario inmobiliario en busca de tierras para sus nuevos proyectos. Tras enterarse de la enfermedad de su hermana Mabel (Eva Bianco), ¿hasta dónde será capaz de llegar César para poder ayudar a los suyos?
Es hermoso pensar que un largometraje que no sobresale en términos generales, logre mostrar una dura realidad de nuestra sociedad y también del ser humano. La palabra clave en el medio de todo esto es límite; el del poderoso al manipular a otros, y el del humilde al verse arrinconado en una situación de la que parece no tener salida. Es ahí donde las miradas de los otros, y alguna que otra hipocresía, se vuelven claves en esta historia.
El elenco, encabezado por Ricardo Adán Gonzalez, logra transmitir lo justo y necesario para llevar este film. Eva Bianco sobresale como Mabel, dándole todavía más efecto a las razones y acciones del personaje de César.
Cuando hay planos que parecen durar más de lo necesario es donde se empieza a cuestionar qué puede estar pasando por la cabeza de los personajes, qué los puede llevar a hacer lo que hicieron. Uno siente que está con ellos y se permite esa contemplación mientras los ve trabajar.
Tras lo ocurrido en la provincia de Corrientes, este film pega en los lugares correctos, y es lo que más tiene a favor; ya que de a poco se va construyendo entre ambos protagonistas una relación laboral que empieza a bordear la confianza personal y que llega a un punto límite -valga la redundancia-, por el cual el espectador no podrá evitar meterse en los zapatos de César Altamirano y preguntarse qué haría en su lugar. La respuesta, se asume, será lo más difícil de afrontar.