Bailando por la libertad

Crítica de Fernando López - La Nación

A bailar contra la opresión

Bailando por la libertad termina en un teatro francés y con un aplauso que por un lado celebra la actuación de un artista, el iraní Afshin Ghaffarian (representado aquí por un inglés, Reece Ritchie), pues es su historia la que el film intenta reproducir en esta biopic bastante lineal, y por otro festeja, ya en el exilio, su disidencia con el régimen opresor que él acaba de traducir en danza y por causa del cual debió huir de su país.

La película -hablada en inglés para asegurar su difusión en mercados de Occidente- cuenta cómo el bailarín y sus compañeros han logrado desarrollar su arte a escondidas de la violenta policía del régimen que castiga a quienes se atreven a practicarlo con la misma crudeza que han mostrado contra los manifestantes que salieron a las calles en 2009, tras las controvertidas elecciones que llevaron al poder a Ahmadinejad. Por tales motivos fue la suya una formación con bastante riesgos y difícil de desarrollar si no hubiera sido porque una de las chicas (Freida Pinto) recordaba bastante de lo aprendido junto a su madre, ex integrante de lo que en otras épocas fue el Ballet Nacional, y porque hoy existen en You Tube algunos videos que llevaron al protagonista y a sus compañeros a abrevar en distintas fuentes, de Michael Jackson a Rudolf Nureyev y de Gene Kelly a Martha Graham.

En fin, una suerte de Footloose II en Medio Oriente que ofrece algunos momentos atractivos en términos de danza, el más llamativo de los cuales sucede cuando la compañía clandestina logra finalmente presentarse ante el púbico.

Eso sí, cuando el movimiento cesa y el film quiere relatar algo del resto de la historia, sobreviene un aluvión de clichés a los que hemos asistido en films que hablan de la resistencia de algún artista contra la persecución política. Puestos en boca de estos iraníes angloparlantes que tienden a la simplificación cuando quieren explicar lo que saben de su país, tales clichés apenas si pueden ser compensados por algún número de danza coreografiado por el británico Akram Khan.