Baaria. Las puertas del viento

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

El film de Giuseppe Tornatore recorre parte de la historia italiana

La nostalgia, cierta melancólica alegría, la niñez y la familia son los elementos usuales en todos los films de Giuseppe Tornatore, un realizador que sabe, sin duda, emocionar con sus temas al espectador.

En esta nueva entrega, el cineasta italiano añade a esos tópicos algunos aspectos de la guerra y la política, que no son tan habituales en su filmografía. Aquí el escenario es Baaria, una provincia de Palermo, Sicilia, donde Tornatore nació y vivió hasta muy entrada su juventud. Allí retrata a tres generaciones de una familia y a través de ella recorre parte de la historia italiana -desde 1930 hasta 1980- y radiografía la manera de ser de los hombres, mujeres y niños de ese país.

La historia comienza en plena época del fascismo, donde Cicco, un humilde pastor, descubre un universo maravilloso y muy lejano a la cruda realidad a través de poemas y novelas. Más tarde, el relato aborda algunos aspectos de la Segunda Guerra Mundial vistos desde la perspectiva de Peppino, el hijo de Cicco, que es testigo de innumerables injusticias cometidas durante ese conflicto bélico. Después de la guerra ocurre el encuentro con la mujer de su vida, una relación a la que todos se oponen porque Pepino se ha convertido en comunista.

Sin embargo ambos lucharán por permanecer juntos y así llegarán los hijos que seguirán ese derrotero de sinsabores y felicidad que fueron los emblemas de la existencia de sus padres.

Historia simple en su primera lectura, Baaria. Las puertas del viento no tarda en convertirse en un fresco pleno de ternura y de emociones. Tornatore sabe, sin caer en el melodramatismo, retratar a esos seres que luchan por sobrevivir en una cotidianeidad que los abruma y que, al mismo tiempo, les va marcando su presente y su futuro.

El mundo del séptimo arte, elemento central de Cinema Paradiso , está también en este entramado al discurrir en paralelo a esos niños que ven en la pantalla grande un micromundo que los aleja de sus diarios problemas y que los maravilla con las historias más fantásticas. Podrá decirse que la ideología de Tornatore es más de derecha, pero lo cierto es que únicamente se vuelve crítica con las traiciones y decepciones de una izquierda italiana (el comunismo) y cómo lo vive el protagonista. Todo en esta historia recala, finalmente, en la poesía cotidiana, en la necesidad de ser mejor en un mundo poblado de certezas y de incertidumbres, en hallar un lugar en el mundo que descrea de la maldad y de la traición.