Azul el mar

Crítica de Marcela Barbaro - Subjetiva

Tras haber ganado el concurso de ópera prima del Polo Audiovisual Córdoba y participado de la sección Panorama Argentino del 34º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, llega el estreno de Azul el mar, de la realizadora cordobesa Sabrina Moreno, que podrá verse por la plataforma Cine.Ar.

Lola (Umbra Colombo) y Ricardo (Beto Bernuez) junto a sus cuatro hijos, comienzan sus vacaciones en Mar del Plata. “La feliz” les ofrece hotel, playa, mar, paseos y los infaltables lobos marinos, como parte del paquete vacacional y la clásica iconografía del lugar. Un plan familiar, donde emergen los buenos momentos, la cotidianeidad y la búsqueda de espacios individuales. Ante una felicidad aparente, la insatisfacción de Lola se manifiesta en sus gestos, en la apatía constante; como si ansiara un cambio profundo en su vida, una necesidad tan íntima, que sólo expresa en la libertad que le inspira la naturaleza, de cara frente al mar, donde se siente ella misma.

-“Papá el mar es azul?, pregunta una de sus hijas. “Dependiendo de la luz, el color del mar puede variar”, le constesta. “Para mí es azul, afirma la niña”. La metáfora funciona y aplica a la complejidad e individualidad de la mirada, como a la subjetividad del concepto “verdad y felicidad” dentro del matrimonio. Un rasgo, que anticipa el conflicto que abordará la película.

A lo largo de un relato omnisciente, vemos el proceso de angustia de Lola, desconociendo las causas o los motivos que lo causaron. Ese recorte, de la historia, abarca sólo unos días de verano en vacaciones, donde se entrelaza la convivencia familiar con la opresión que siente la protagonista, un sentimiento de ahogo que se manifiesta a través de recursos estilísticos visuales como la sobreimpresión, el flashback, las imágenes oníricas, y la simbolización de los objetos, en este caso, del mar, del cielo, del bosque.

La resignificación de los elementos traduce, poéticamente, el interior de Lola. Moreno opta por alejarse de la explicación literal de los hechos, como de los diálogos explícitos o confesionales de sus personajes, para ahondar en un terreno más sutil e instrospectivo, que deberá ser completado e interpretado por el espectador.

“Azul el mar muestra un universo tan complejo como la familia”, comenta su realizadora, con lindas anécdotas de verano que parecen ocultar el interminable dilema de cómo mantener los propios deseos en convivencia con los roles establecidos en nuestro entorno”

La propuesta logra escenas de gran naturalidad, principalmente donde actúan los chicos, pero le cuesta sostener la tensión frente a su dilema, como en los momentos de intimidad de la pareja, casi como evadiendo la circunstancia a enfrentar y reduciendo los tiempos narrativos para desarrollar la intriga del conflicto, o precipitándolos hacia el final. De esa manera, la historia se reduce, a expresar de modo simbólico y estético, la problemática interna de una mujer que ansía verse libre, más allá de todo.

AZUL EL MAR
Azul el mar. Argentina, 2019.
Dirección y guion: Sabrina Moreno. Intérpretes: Umbra Colombo, Beto Bernuez, Martita Depascual Fernández, Nehuén Fritz, Margarita Garelik y Juan Cruz Solís. Edicion: Martín Sappia/ Fotografía: Sebastián Ferrero/Sonido: Atilio Sánchez/ Música: Alejandro Di Rienzo y Arturo Escudero. Duración: 65 minutos.