Aviones

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Un avioncito perseverante

Ya es sabido que a Disney se le ha dado por reciclar ideas. Es así como "Aviones" se ha tornado en la nueva versión de "Cars", esta vez con alitas.
Dusty es un pequeño avión fumigador, cuyo sueño es entrar a una competencia internacional de alta velocidad. Pero siempre le han dicho que no servía para eso, que debía resignarse y quedarse en su lugar, un pueblo tranquilo al que sobrevuela todos los días fumigando las cosechas junto con su compañero Leadbottom. Pese a no haber sido diseñado para volar a grandes velocidades -y además temerle a las alturas-, Dusty lograr entrar a la ansiada competencia con la ayuda de sus amigos: Skipper, un viejo avión naval, y Dottie, una camioneta mecánica que se da maña para todo.
Ya en la carrera, Dusty descubre que no todos juegan limpio, y que las cosas no son tranquilas y confiables como en su pueblo, pero gracias a su valor y perseverancia sigue compitiendo, convirtiéndose en fuente de inspiración para todos aquellos que son más pequeños o diferentes a la mayoría.
Lo entretenido de la historia lo aporta el dinamismo de la competencia, donde los aviones deben atravesar el mundo, volando sobre todo tipo de paisajes. Es allí donde se luce el 3D y lo colorido de la estética.
Si bien la película es muy entretenida, dinámica y puede ser disfrutada por los más chicos, no aporta nada nuevo al cine de animación, y tampoco innova demasiado en lo narrativo. La estética es muy similar a la de "Cars", por no decir igual, y la historia es una más de aquellas donde el protagonista debe enfrentarse a varias adversidades, para luego vencerlas, y dejarles a los pequeños espectadores una enseñanza y un mensaje positivo; el que puede resumirse en una frase de Dusty : "Somos aquellos que queremos hacer más de lo que se espera de nosotros".