Aves de presa

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Harley Quinn se ha convertido en uno de los personajes de la cultura pop más importantes y predominantes a nivel mundial.
Es un símbolo para muchos y era una cuestión de tiempo para que tenga su propia película luego de su introducción en Suicide Squad (2016). Este film generará algo de controversia tanto en la comunidad comiquera como en el público fan de films de superhéroes, porque es divertido pese a sus fallas pero dista mucho del comic del cual roba el título.
Hay poco y nada de lo que vimos en la historieta homónima. Pero tampoco sorprende ya que desde las fotos promocionales y trailers lo sabíamos. Lo que sigue molestando es el look elegido para Black Canary y Huntress, ya que hoy en día en plena “era de películas de superhéroes” podrían haber llevado una adaptación más fiel a sus trajes característicos.
Aquí lo que se quiso lograr es un conjunto de chicas fuertes unidas por una causa común, con mucha irreverencia, violencia y coyuntura. Creo que lo logra pero no llega a ser Deadpool, cuya fórmula imita demasiado rompiendo la cuarta pared y demás.
El film está en perfecta continuidad dentro del DCEU, y si bien no aparece el Joker de Jared Letto, se lo nombra toda la película.
Es la emancipación de Harley Quinn, su vida post ruptura con el Payaso del Crimen, por ahí pasa el hilo conductor y poco importa el resto. (Misma trama que en la actual serie animada)
De ahí una de las grandes fallas de la historia: el villano y sus motivaciones no importan y como espectador no conectás nunca. Ni con las ganas que le pone Ewan McGregor como Black Mask.
Más allá de eso, me gustó como está construido el resto. La directora Cathy Yan hace un buen laburo para narrar el mundo de Harley y consigue entretener bastante. Te reís en unas cuantas ocasiones.
Y en cuanto a las escenas de acción, las mismas son muy buenas. El responsable es Chad Stahelski a quien conocemos por su magia en John Wick. Lo que da un buen combo de humor y violencia pero con toques comiqueros. Ahora lo obvio: Margot Robbie es lo mejor y lo único que importa. Podría haber un plano fijo y ella haciendo un monólogo y estaría bien.
Su Harley es espectacular y aquí le da unas cuantas facetas más que antes no habíamos visto. No importa el resto, y cuando no está en pantalla la extrañás.
El resto del elenco está bien pero nadie sorprende. Todas tienen química con ella.
Me quedé con ganas de más Mary Elizabeth Winstead.
¿Easter eggs y referencias a DC? Unas cuantas, así que hay que estar atentos. Lo mismo al terminar la película: no se levanten de la butaca hasta el último segundo.
Aves de presa y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn llega para seguir enriqueciendo la variedad de películas que puede ofrecer DC Comis, tal como lo hizo en sus últimos estrenos. Ya sea la Oscarizable Joker (2019), la kids friendly Shazam (2019) o la épica de aventuras Aquaman (2018).
A Harley la veremos de nuevo el año que viene en The Suicide Squad de James Gunn y seguro que en otra película individual aún por anunciarse.
Obvio que el film tiene sus vicios y sus fallas, pero entretiene y está bien realizada. Si a eso le sumamos el tremendo carisma de su protagonista nos da algo muy positivo.
Tendrá sus detractores, pero Harley Quinn sigue creciendo.