Aves de presa

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Llega a cartelera la nueva propuesta de DC. Aves de presa y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn está dirigida por Cathy Yan y pretende encaminar al personaje favorito de Escuadrón Suicida.
Ni siquiera un fracaso como Escuadrón Suicida fue suficiente para que la saga de personajes salidos de cómics continúe expandiéndose. Y si hubo alguien que al menos logró aportar carisma a su personaje en aquella olvidable película, fue Margot Robbie con su Harley Quinn. Ahora dirigida por Cathy Yan, Aves de presa… muestra qué pasa con ella cuando su querido Guasón la deja y cómo conoce a un grupo de mujeres con las cuales lucharán contra un antagonista en común.

Harley Quinn es temida y respetada porque es la novia del Guasón. Eso le permite hacer lo que quiera y sembrarse un ejército de enemigos que no pueden hacer nada… hasta que todos se enteran que ya no son más pareja, que ahora está sola y no es más que una muchacha un poco rara y pícara. Que no esté más con el Guasón significa que no tiene protección y hay más de uno que esperaba ese momento para poder vengarse de las maldades que ha hecho.

Por eso cuando una chica que tiene problemas en su familia, y que roba más por diversión que por necesidad, se hace con un diamante que pertenece al mafioso más poderoso de Ciudad Gótica, encuentra la oportunidad perfecta para salvarse: si consigue recuperar el diamante, Roman Sionis (Ewan McGregor) le promete protección de por vida. El problema es que no será la única que quiera conseguir ese diamante.

La película apuesta a un tono divertido y por momentos un poco más irreverente pero durante gran parte del relato se queda en el intento. El hecho de jugar con la cuarta pared podría rememorar a Deadpool, pero acá nunca se anima a ir tan lejos con el humor ni el metalenguaje. A la larga, en cuanto a tono, al uso del humor, se termina pareciendo más a Shazam, demasiado infantil, simplón, aunque se contradiga con algunas escenas un poco más violentas.

Hay mujeres al frente, hay una Harley Quinn menos sexualizada que la de Escuadrón Suicida, hay un coqueteo con el homoerotismo en dos personajes masculinos que no pasa de eso. El villano que presenta Ewan McGregor es unidimensional y no termina de aprovecharse, aunque aun así el actor entrega unos buenos momentos, en especial junto a Chris Messina. Pero lo más eficaz del film se da cuando las Aves de Presa por fin se encuentran juntas, ya más cerca del último tercio. Hay buena química entre ellas, tienen divertidos intercambios y permite a Mary Elizabeth Winstead desarrollar mejor su enigmático e intrigante personaje.

La narración por momentos es caótica y durante otros se ve estancada. En cuanto a las escenas de acción, tienen un estilo que DC ha incorporado desde Zach Snyder, momentos videocliperos con varias ralentizaciones en medio de rápidas escenas pero acá hay un mayor hincapié en las coreografías probablemente a causa de Chad Stahelski, director de Jonh Wick, que estuvo a cargo de algunas retomas.