Avenida Cloverfield 10

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Un thriller psicológico bien llevado

Pariente lejana del filme de 2008, “Avenida Cloverfield” mantiene en duda y tensión al observador.

Una joven sufre un accidente automovilístico y, cuando despierta, se encuentra encerrada en una celda bajo tierra y sin ventanas, encadenada a una cama e impedida de comunicarse con el exterior, incluso por celular.

Ya desde esta introducción, Avenida Cloverfield 10 asoma a la intriga que mantendrá hasta el final del metraje, a partir de un guión titulado El Sótano, que ganó en concurso entre los 10 mejores de 2012 y que vio luz a pantalla con producción de Bad Robots. Según J. J. Abrams, el filme es "un pariente de sangre" y una sucesora espiritual de la película de 2008, Cloverfield.

Pero tiene entidad propia, a partir de la historia de esta mujer que no sabe distinguir si fue secuestrada por un hombre extraño (John Goodman) o si, como él sostiene, la salvó de un terrible ataque químico que volvió al exterior inhabitable.

La confusión se profundiza más aún a partir de la presencia de un vecino (JPhn Gallagher Jr.) que afirma haberse herido forzando la puerta del bunker para ingresar por propia voluntad.

La fuerza psicológica de este filme sostiene en tensión constante al espectador, quien juzga a su captor y la situación planteada desde la mirada temerosa de la muchacha atrapada.

Aunque el ataque extraterrestre de la película de 2008 es apenas una referencia que se aclara sobre el final, ese epílogo parece indicar que la familia en torno a Cloverfield se podría llegar a agrandar.