Avenida Cloverfield 10

Crítica de María Fernanda Mugica - La Nación

Perturbadora e ingeniosa

Sería genial ir a ver Avenida Cloverfield sin tener mucha información sobre ella. Bastaría con saber que no es una secuela ni precuela de Cloverfield- Monstruo (estrenada en 2008), y que es una película que entretiene y pone muy nervioso al espectador, en el mejor de los sentidos.

Para tener una idea de qué se trata: tras una pelea con su novio, Michelle (Mary Elizabeth Winstead) se sube a su auto y toma la ruta. De repente, otro vehículo la choca y pierde el conocimiento. Cuando se despierta tiene suero en el brazo y una pierna encadenada a la pared. Pronto conoce a su salvador/captor, Howard (John Goodman), que le dice que afuera el aire está contaminado hasta tal punto que quien lo respira se muere. Según Howard, ellos están a salvo en ese búnker que él construyó. Mejor no contar más porque vale la pena verla y dejarse llevar por las idas y vueltas de un guión ingenioso.

En su debut como director de un largometraje, Dan Trachtenberg demuestra un gran manejo del suspenso y la sorpresa, siguiendo las enseñanzas de Hitchcock, elementos esenciales de este thriller/ film de terror. El perfecto equilibrio entre tensión y relajación es una de las claves de Avenida Cloverfield 10, logrado tanto desde la construcción del guión como de la puesta en escena.

A esa combinación ganadora se le suman las actuaciones superlativas del elenco. John Goodman, que siempre es brillante y aún logra superarse a sí mismo, le imprime varios matices a un personaje que no para de sembrar dudas. Por su parte, Mary Elizabeth Winstead encarna a la perfección a Michelle, candidata a ser uno de los mejores personajes femeninos del cine de 2016, una de esas mujeres que se niegan al papel de víctimas y reclaman el de heroínas.