Avengers: Endgame

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

Resulta difícil hablar de este film como película en solitario, ya que corresponde a la conclusión de 11 años de trabajo de parte de Marvel Studios. Es por ello que el relato trasciende más allá de sus 3 horas de duración, porque fue algo que Kevin Feige y compañía fueron planeando a lo largo de esta década. Es verdad de que las películas de superhéroes fueron creciendo y haciéndose más frecuentes a partir de este universo cinematográfico que fue creando la Casa de las Ideas, y podríamos también hacerlos responsables del agotamiento que parece estar generando la gran cantidad de propuestas de esta índole, no obstante, algo que Marvel tiene bien en claro, a diferencia de su competencia, es que se reinventa entrega a entrega y va escalando en espectacularidad, producción y entretenimiento. Esto hace que la película deje de ser una simple experiencia audiovisual y que se convierta más en un evento/acontecimiento a nivel social (algo que probablemente comenzó “Star Wars”, cinematográficamente hablando). Cierta gente verá esto como un aspecto negativo y muchos otros como algo positivo, pero la realidad es que todo esto se convierte en un fenómeno que puede llegar a transformar al cine a corto o mediano plazo.

Mucha gente teme por el futuro del cine, en términos de ir a un lugar físico a visionar una obra audiovisual, por el avance del video On Demand y el contenido vía streaming, pero productos como el que hoy nos convoca hacen que se mantenga la propuesta de continuar yendo a las salas de proyección. Más allá de eso y de las políticas que deberían adoptar las salas de exhibición para que no haya un monopolio en cuanto a acaparamiento por parte de las superproducciones (lo cual es algo que no analizaremos aquí), sí es cierto que parte de la crítica generalizada examina estos relatos desde el fandom, perdiendo cierta objetividad a la hora de analizar la cinta.

A continuación, intentaremos investigar este fenómeno sin incurrir en ese terreno pantanoso. “Avengers: Endgame” es la continuación directa de “Infinity War” (2018), la cual también fue dirigida por Anthony y Joe Russo, quienes antes de incursionar en los films de La Casa de las Ideas habían dirigido “You, Me And Dupree” (2006) para cine y más que nada habían trabajado en varios productos exitosos de la TV como por ejemplo: “Arrested Development” y “Community”. Esta pareja directora le otorgó cierta impronta cada vez que le tocó dirigir un capítulo en las diversas Fases de Marvel, siendo el más notorio el de “Captain America: The Winter Soldier” (2014), que además de ser una obra sumamente entretenida se encargó de establecer un comentario político más que interesante sobre el gobierno de los EEUU y sus manejos. En esta oportunidad, el largometraje retoma luego de los eventos devastadores que tuvieron lugar entre el enfrentamiento de los Vengadores y Thanos (Josh Brolin). El mundo está en ruinas mientras que el Titán Loco descansa luego de haber alcanzado el objetivo. Pero los héroes no se quedarán con los brazos cruzados, y se reunirán una vez más para intentar deshacer las acciones de su temible oponente y restaurar el orden en el universo sin importar cuál sea el resultado final.

Claramente no se puede decir mucho más de la trama sin entrar en terreno de spoilers, algo bastante evitado por los fans más acérrimos así que dejaremos ahí cualquier cosa que pueda ser considerada como tal. En primer lugar, podemos decir que más allá de ciertas cuestiones clásicas que se le pueden criticar a este tipo de películas como por ejemplo: la sobre exposición de información, ciertas incoherencias relacionadas con la línea de tiempo de este escenario compuesto por 22 películas, ciertas vueltas forzadas y demás, el film se presenta como una épica conclusión de un trabajo gigante que fue desarrollado en más de 10 años. Un cierre más que digno para una etapa que va a estar repleto de emoción, nostalgia, drama, acción, humor y hasta algunas lágrimas derramadas para aquellos que hayan sido parte del viaje desde la primera hora.

La trama es sencilla, sin demasiadas vueltas y con ciertos momentos esperables pero otros tantos sorprendentes para constituir una gran despedida y cambio de página para este grupo de héroes que seguramente irá mutando (no tanto por cuestiones narrativas de quién queda vivo y quién no, sino más que nada por las confirmaciones de varios actores de dar un paso al costado para continuar su carrera más allá de Marvel). Los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely fueron los encargados de pergeñar la ciclópea tarea de darle un final digno a esta fase, y el gran acierto de ellos (y de todo el equipo creativo detrás del MCU) fue el de haber priorizado el protagonismo de los héroes principales/originales de la primera película, los miembros fundadores de los Avengers. Ellos son Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán America (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Black Widow (Scarlett Johanson) y Hawkeye (Jeremy Renner). El relato se enfoca en ellos y en sus relaciones interpersonales, dando lugar a ciertos momentos dramáticos bastante llamativos relacionados con la pérdida de sus afectos y con el hecho de convivir con el fracaso y la derrota. En sus 3 horas de duración la historia le dará mayor importancia a estas cosas más que a la acción desenfrenada de otras películas. Eso juega como un punto a favor más allá de que por instantes, y debido a todos los personajes que tiene que abarcar y todos los aspectos que intenta cerrar, la película pueda tambalear ante la mirada más inquisidora y minuciosa en términos de narrativa cinematográfica, pero lo cierto es que, dejándose llevar, la cinta se convierte en un espectáculo puro a una escala demencial donde reinará el humor, la acción, la emoción, escenas conmovedoras y varios momentos intensos.

Además, la pieza audiovisual cuenta con un elenco estelar más que afianzado con una química innegable, donde se destacan principalmente Chris Evans y Robert Downey Jr como los dos líderes con miradas opuestas que tendrán que dejar sus diferencias de lado si quieren salir victoriosos y derrotar a Thanos de una vez por todas. Ambos serán los encargados de llevar adelante la trama y terminan redondeando grandes interpretaciones de sus queridos personajes en esta especie de epístola de despedida marveliana. Es cierto que muchos otros héroes no presentarán el tiempo de pantalla que muchos demandarán y algunos estarán brevemente en pantalla, pero la realidad es que sería prácticamente imposible desarrollar o exhibirlos a todos por igual, ya que son más de 45.

Por otro lado, y si bien el humor de Marvel a ciertos espectadores les puede resultar excesivo, en esta oportunidad funciona para distender y para servir de contrapunto ante tanto drama junto. Incluso a veces cumple como fan service y para hacer guiños hacia la cultura pop y otros films como por ejemplo “Back To The Future”, “Bill & Ted”, “Terminator”, entre otros, por motivos obvios sugeridos por el trailer y por ciertos elementos vistos en “Infinity War”.

En síntesis, “Avengers: Engame” es un film que por momentos sufre su gigantesca envergadura pero que se favorece de la espectacularidad ofrecida. Una película tremenda y gigante en todo sentido, un entretenimiento asegurado con varios momentos de ingenio, de comicidad y de emotividad. Un gran cierre para esta primera década de películas superheroicas que culmina de la mejor manera posible, a pesar de que en el trayecto (en todo el MCU no solo en esta película) muchas veces incurrieron algunas cuestiones argumentales que no terminan de cerrar, flashbacks forzados, etc. Un cóctel repleto de acción, efectos especiales impresionantes, momentos inesperados y unos instantes que llenarán los ojos de lágrimas a todos aquellos que vengan siguiendo la franquicia comiquera. Un final satisfactorio que nos deja expectantes sobre lo que ocurrirá a futuro, ya que Marvel dejó la vara bien alta, no solo para la competencia sino también para sí mismo.