Avatar

Crítica de Pablo Martinez - Qué se puede hacer...

La genialidad no cabía en este mundo, por eso se buscó (inventó) otro...

Partiendo desde una premisa más que trillada, y apoyándose en un relato lineal y convencional, James Cameron se (auto)proclama nuevamente como el rey de un mundo. Pero no de la Tierra, como gritaba a pulmón Jack en Titanic, sino el rey de Pandora, la luna de un planeta gaseoso similar a Saturno (aunque tiene el ojo de Jupiter...) en el sistema solar Alfa Centauri.

El que quiera saber de qué va la película, búsquela en internet. No me voy a poner a contar la trama, porque para eso hay gente a la que le pagan por redactar sinopsis. Me remitiré a contarles lo que me transmitió esta orgía visual de dos horas y media, totalmente impactante desde el apartado técnico (una de las mejores direcciones del año, y ni que hablar de la fotografía, la manipulación de CGI, o incluso la musicalización tan buena que tiene) y tan atrapante a pesar de su guión cuadrado ya antes visto en filmes épicos como Pocahontas o El planeta de los simios.

Es que ese es el mejor logro de Cameron: hacer de un grano de arena una playa preciosa en la que durante un buen rato uno se detiene a reposar para admirar todo el encanto y la poesía de sus imágenes, en este caso demasiado ficticias pero no por eso inverosímiles (más bien, mete miedo como los "muñecos" Na'vi ponen en jaque las interpretaciones de Sam Worthington, Zoe Saldana o Sigourney Weaver, haciendo de ellos y otros tantos del reparto casi entes prescindibles para la historia). El universo que JC crea para el espectador es, además de imponente y descomunal por donde se lo mire, una obra maestra a nivel icónico. Y los detractores saldrán con todo para hundir esta película que no es más que un blockbuster demasiado bueno que arrasará en taquilla y será un punto de inflexión en el uso de las nuevas tecnologías, aún cuando todo morirá según la capacidad económica del que después dará de comer al producto y su creador.

Avatar es, principalmente, una película muy entretenida, con personajes estereotipadísimos (el personaje de Stephen Lang es casi una burla) encarnados por un elenco que si se mira bien no es la gran cosa, y que además se ven opacados por tanta innovación puesta al servicio de la imágen.
Lo cierto es que, será repetitiva, cautivante, descepcionante -por qué no, para muchos-, demasiado fantasiosa, y hasta con ciertos baches imaginativos como el hecho de que se llegue a otro sistema solar en 6 años y no se haya descubierto la forma de albergar vida en un lugar más cercano como Marte o la Luna, pero es un ejemplo a nivel técnico y una genialidad por parte de un tipo que reinventa el cine a cada película que saca. Le agradezco una obra como esta.

Le podríamos poner un 1, un 0, o ninguna estrella, lo que quieran. Podrán decir lo que sea en su contra. Pero nunca vamos a negar que Cameron tiene su propio mundo, hecho con esfuerzo, dedicación (obviamente, mucho dinero) y buen gusto, que nadie le podrá quitar jamás.
Ahora sí puede decir "I'm the king of... Pandora".