Avatar: el camino del agua

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Si esta crítica tuviese que llevar un título, sería "El retorno del Rey". Porque James Cameron es eso.

Y así se autoproclamó cuando recibió todas las estatuillas (incluyendo la de Mejor Director) por su obra maestra Titanic.

Y no es para menos, no solo por mantener el podio de películas más recaudadoras. Con la ya nombrada y con Avatar (2009), donde se le dio inicio a este universo que nos convoca en este momento.

Cuando finalizaba la primera década de este Siglo y las películas de superhéroes aún no se congregaban bajo un género propio, y también estábamos lejos de la guerra del streaming, Cameron sacudió al mundo entero con lo que nos mostró de Pandora.

Sí, la historia era Pocahontas en el espacio, pero poco importó ya que fue funcional hacia ese espectáculo visual (incluso sensorial) que nos brindó.

Una película claramente adelantada para su época.

Las secuelas se oficializaron casi de inmediato, pero el buen Jim se tomó su tiempo (13 años) para escribir, crear tecnología nueva y rodar varias películas al mismo tiempo.

La espera llega a su fin y valió la pena con creces.

Se repite el fenómeno del orgasmo visual pero aún mejor. Lo que se hace con el agua es indescriptible.

No vale de nada que intente poner en palabras escritas lo gratificante y lo que causa en las retinas. Vayan a verla al cine, a la pantalla más grande que puedan (y en 3D).

Lo que si puedo ahondar un poco -sin spoilers- es en la historia más profunda y mejor desarrollada en comparación con su predecesora.

Los nuevos personajes amplían en todo sentido el sendero ya iniciado y hacen que nosotros, los espectadores, abordemos desde otro lugar la mitología de Pandora.

El elenco brilla (en todo sentido) y te cuesta saber cuál es tu favorito.

Hay subtextos filosóficos y coyunturales, así como también homenajes cinéfilos que van desde guiños muy puntuales a Jaws (1975) hasta el mismo Cameron autoreferenciando su propia filmografía.

Son casi tres horas y media que pasan volando, en parte por adrenalina y en parte por un viaje que se toma lo necesario en llegar de un lugar al otro. Y que te deja con muchas ganas de más.

James Cameron lo hizo de nuevo. Otra obra maestra.