Ausencia de mí

Crítica de Gustavo Castagna - Subjetiva

“Ausencia de mí”, de Melina Terribili
Por Gustavo Castagna

La voz de Zitarrosa actúa como separador entre recuerdo y recuerdo. Las filmaciones caseras y familiares se anteponen a la música, a los temas más reconocidos, al lugar común de un documental de estas características.

Es la voz del elegido, más la trascendencia que adquieren esos objetos históricos, ahora encerrados en cajas para la entronización del mito. De un mito con los pies en la tierra, en su tierra uruguaya, aquella que añorara tanto en sus años de exilios, incluyendo a este paisaje a punto de estallar.

Ausencia de mí, documental de Melina Terribili, explora al hombre fuera de su lugar de pertenencia a través de esa voz que rememora, poetiza, sufre, padece y convive con el desarraigo. No hay espacio para otras voces que no sean las cercanas, las hijas y la esposa de Zitarrosa, cuestión que se agradece al circunscribir el relato hacia lo esencial, sin necesidad de glorificar al personaje con elogios ni alabanzas extremas.

En ese punto, Ausencia de mí converge a fijar la atención en cómo Zitarrosa describe diversos hechos y reflexiona sobre su Uruguay y aquella Latinoamérica de los 60 y 70. Las imágenes de archivo, con ese blanco y negro de noticiero político, acompañan a la voz, desde Montevideo al Obelisco de Buenos Aires, hasta otros exilios pautados como bienvenidos separadores estilísticos (Exilio I, Exilio I, Exilio III).

Está el hombre y su contexto. También el artista y su momento histórico. Pero en los últimos minutos prevalece cierta desazón y descreimiento por ese Uruguay que no es el mismo de antes del destierro.

La ovación, los aplausos y proclamas cuando Zitarrosa retorna a su Uruguay se fusionan a esa mirada melancólica en la fiesta final de su hija. Esa mirada observa y se percibe que extraña a un paisaje que se había ido para siempre.

Quedan las canciones, queda su obra, permanece el silencio junto a esos ojos ocultos detrás de los anteojos.

AUSENCIA DE MÍ
Ausencia de mí. Argentina, 2018. Dirección, guión y fotografía: Melina Terribili. Música: Alfredo Zitarrosa. Duración: 82 minutos.