Aurora

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Hable con ella

Aurora (Vanishing Waves, 2012), de la lituana Kristina Buozyte, está planteada como una película de ciencia ficción pero forjada sobre los pilares de una pasional historia de amor con tintes melodramáticos.

Lukas (Marius Jampolskis) es un científico que foma parte de un equipo que experimenta entrando a la mente de personas en estado de coma. Por las características que presenta es el elegido para empezar el nuevo proyecto y conectarse al cerebro de alguién que se encuentra en estado irreversible.

Al principio, Lukas sólo consigue apreciar algunos sonidos e imágenes difusas, pero después de un tiempo comienza a visualizar la figura de una bella mujer desconocida. Cada vez que se conecta con la mente del otro descubre cosas nuevas sobre la joven, llegando a enamorarse de alguien (o algo) que puede no ser más que la creación de su propia imaginación o de la del paciente. Esta relación irreal afectará a su cotideanidad al punto de convertirse en una obsesión. Cuando su vida se derrumba, intentará descubrir quién es la persona en coma y hasta qué punto es real la mujer de los sueños.

Premiada en Karlovy Vary, Aurora se inspira en el cine de Stanley Kubrick pero principalmente en las películas de ciencia ficción de Europa del Este, un género en pleno ascenso, aunque desconocido en esta parte del mundo. Sus edificios fríos y paisajes impresionistas producen un efecto llamativo, sobre todo gracias al brillante contraste entre el mundo real y los nuevos territorios que explora Lukas.

En algunos momentos Kristina Buozyte juega peligrosamente con el exceso y muchas de las escenas de sexo terminan dando la sensación de que carecen de un significado intrínseco sólido. Pero incluso en los momentos en que todo amenaza con derrapar y volverse demasiado melodramático, los protagonistas logran un estupendo trabajo, dando al conjunto una dimensión humana a través de interpretaciones tan sutiles como potentes.