Atraco!

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Una correctamente ejecutada producción con un Francella a la cabeza que sigue creciendo y sorprendiendo.

Las películas de atracos siempre llaman la atención. Lo que las hace atractivas es el por qué se hace y cómo se preparan los atracadores para dar su golpe maestro. Pero lo que garantiza la compra del boleto es que dicho atraco esté a cargo de, pongámosle, personas poco o nada aptas para la tarea en cuestión.

¿Cómo está en el papel?

El guion es sencillo: 1956. Perón planea exiliarse en Madrid. Para poder solventar este exilio uno de sus hombres de confianza, Landa (Daniel Fanego), vende las joyas que alguna vez fueron propiedad de Evita a un joyero madrileño. Si bien Perón ayudó a España después de la Segunda Guerra Mundial exportándoles trigo, el que sea excomulgado por la Iglesia le complica las cosas a su séquito. Como si esto fuera poco, la mujer del generalísimo Franco, una mujer que tiene la mala costumbre de “tomar prestados” los artículos de las más elegantes joyerías, mostró interés por las joyas de Evita. Sabiendo de su reputación, se pone en marcha un plan para recuperarlas a como dé lugar, para lo cual reclutará a Merello (Guillermo Francella) un otrora guardaespaldas de Evita y Miguel (Nicolas Cabré), un actor de vaudeville que no agarrá un arma en su vida.

Con esta premisa el guion inicia su desarrollo, el cual no depara muchas sorpresas o vueltas de tuerca. Hay algunas situaciones de humor aun a pesar de que la película ya ha establecido su tono de seriedad. Estas mayoritariamente se dan en cómo el personaje de Francella debe soportar la inexperiencia del personaje de Cabré. Un tipo de humor que hace recordar en más de una oportunidad al de los Hermanos Coen en Fargo, Quémese Después de Leerse o El Quinteto de la muerte.

Caben destacar dos cosas: Uno, el que a pesar de que los personajes sean militantes peronistas, es de apreciarse que dicho fanatismo quedará como un rasgo de personaje en vez de exacerbarlo al punto de volver panfletaria la película. Dos: La subtrama de los policías madrileños que investigan el atraco es tan rica que incluso suscita más interés que la principal, más que nada por la multidimensionalidad que se les da. Cosa que no pasa seguido.

¿Cómo está en la pantalla?

A nivel técnico se destaca la fotografía de David Omedes, la dirección de arte de Edou Hydallgo, y claro está la siempre efectiva música de Federico Jusid que últimamente le da otro valor a las películas nacionales.

A nivel actuación brilla Guillermo Francella, rectificando la solidez que tanto tiempo nos costó descubrir. Su Merello es un personaje entrañable y la manera sincera en la que él le da vida es el mejor justificativo para pagar boleto. Fanego tampoco se queda atrás y ejecuta bastante bien un personaje tiene más protagonismo que el que la película parece darle. No se puede decir lo mismo de Nicolas Cabré ya que parece insistir en la interpretación de neuróticos, y acá eso le juega demasiado en contra; incluso para las escenas románticas.

Conclusión

Un cuento bien contado, muy bien actuado y de impecable factura técnica. No va a pasar a la historia pero cumplió con lo que se proponía dentro del tono al que se encaminaban y el clima en el que se quisieron meter. Disfrutable.