Aterrados

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Si algo bueno tiene "Aterrados" es que cumple con el cometido básico de toda película de terror: asustar. Es que meter miedo en una película de género parece un tema olvidado de muchos directores, que por apostar a lo seguro terminan cayendo en yeites de eficiencia probada y cero sorpresa. Bien, "Aterrados" no sólo asusta sino que su historia, que transita entre lo paranormal, el misterio y el suspenso terrorífico, está preparada para el mercado internacional pero desde una propuesta de neta cepa argentina. La historia de la película, que ya ganó el premio Mórbido en el festival mexicano Mórbido Film Fest y estuvo en la última competencia argentina del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, está ambientada en un barrio del conurbano en el cual suceden cosas extrañas, como objetos que se mueven, voces que salen del más allá y canillas que empiezan a gotear. Pero todo se complica cuando la muerte entra de golpe, despiadada, y sin nada de previo aviso.

A partir de allí habrá científicos paranormales, policías y detectives que intentarán descubrir qué es lo que provoca esos crímenes truculentos. La película incluye escenas realmente aterradoras, que se sostienen por la trama y el in crescendo del suspenso. Un filme que seduce al público de culto y del cine comercial.