Aterrados

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Haciendo su aporte al gran momento que atraviesa el cine de género en nuestro país, "Aterrados" de Demián Rugna, es una apuesta al terror más puro y escalofriante. Nadie podría pensarlo. Hace apenas una década o menos, hablar de una película de terror en nuestro país, era encontrar un oasis en el desierto. "Aterrados", la nueva película del director de "The Last Getaway", viene a colocarle un broche de oro a lo que viene siendo un tiempo maravilloso para hablar de horror autóctono en la cartelera.
Hace ya un par de años que las producciones aumentaron en cantidad, y los más importante, en calidad.
Y ahora, este 2018 nos encuentra diciendo que estamos frente al quinto estreno de ese género en estos primeros cinco meses ("No dormirás", "Necronomicón", "Los Olvidados", y "Luciferina", son las anteriores) ; todas películas diferentes entre sí, con diferentes niveles de producción, todas muy valiosas y aprobadísimas en lo suyo. Y eso que excluimos del conteo algunas que tratan al terror tangencialmente como la muy recomendable El sereno y Lucy en el infierno.
Aterrados viene recorriendo un camino increíble, y no es para menos. Desde sus primeras pasadas en festivales como el de Mar del Plata, Buenos Aires Rojo Sangre, Blood Window Pinamar, Sitges, Mórbido, FrightFest, o BIFFF, los comentarios son solo elogiosos; y se corrió el más que fundado rumor, "Aterrados" es la película de terror argentina definitiva.
¿Por qué semejante calificativo? Luego de tres películas como "The Last Getaway", "Malditos Sean! "(en conjunto a otro gran realizador como Fabián Forte), y la aún inédita comercialmente (a ver cuándo encuentra lugar esta otra desopilante joya) No sabés con quién estás hablando, Rugna modifica su estilo en el que perfectamente conjugaba el cine de género (terror, acción, o policial) con el humor negro, paródico y bizarro; por un tono clásico, seco, serio, y absolutamente aterrador, valga la redundancia con el título.
Todo comienza en un típico barrio de suburbano.
Una pareja (Agustín Rittano y Natalia Señoriales) escucha ruidos extraños, de pronto, veremos cómo uno de ellos culmina en una reacción inesperada y pavorosa. En el mismo barrio, el vecino de al lado (Demián Salomón), también es acosado por ruidos permanentes, y una presencia extraña; y Alicia (Julieta Ballina), la vecina de en frente, sufre la pérdida de su hijo trágica y confusamente.
¿Creían que todo terminaba ahí? No, esto recién empieza, faltan varias desapariciones abruptas, y algunas reapariciones no tan felices. El guion, también a cargo de Rugna, se encarga de fragmentar la historia, hacer juegos de campo, espacio y tiempo. Así, se estructura en dos “segmentos”. Por un lado, los hechos paranormales sufridos por los vecinos, a cargo de unos seres espectrales que pueden salir de donde menos los esperamos.
Por el otro, la investigación policial liderada por el inspector Funes (Maxi Ghione). Funes, que se relaciona directamente con el caso a través de su ex pareja Alicia, contará con la ayuda del forense Mario Jano (Norberto Gonzalo), y dos exponentes del saber sobrenatural, la doctora Mora Álvarez (Elvira Onetto), y e Doctor Rossentock (George Lewis). La investigación irá tomando forma, hasta llegar a la clásica exploración de campo, en la que todos los personajes deberán pasar una noche encerrados junto a estos seres con pérfidas intenciones.
Si creen que conté demasiado, no se preocupen, Aterrados tiene mucho más para ofrecer. Este modo de estructutar entre la historia de las víctimas, y la investigación que deriva paranormal, claramente nos remontará a Insidious – La noche del demonio.
Sin embargo, Rugna pisa fuerte allá donde la dupla James Wan – Leigh Whannell flaqueó. En aquel film de 2010, el drama de la familia protagónica que veía cómo su hijo era utilizado como canal interdimensional, dejaba lugar a una cacería a cargo de un grupo de cazafantasmas con tintes cómicos y relajados,, cambiando el tono del film totalmente. Rugna, por otro lado, mantiene un ritmo constante, siempre en ascenso, apretando las clavijas allí dónde hay que ajustarlas, y no dejando lugar para la parodia.
Como espectadores nos aferramos a la butaca de la tensión, y podemos ser víctima de varios sobresaltos adecuados, nunca traicioneros o propios del falso jump scare. Demián Rugna hizo una de terror en serio.
Con un acabado técnico riguroso, que prescinde de grandes artilugios, y vuelve al horror más básico, apoyado en una potente banda sonora, y monstruos que realmente causan espanto; Aterrados se destaca también por ubicarse a la par de varias producciones clásicas a las que homenajea pero no imita. Podemos ver indicios de "Poltergeist", "The Changelling-Al final de la escalera", y hasta "El exorcista"; pero no se siente como copia menor, sino como inspiración y actualización; tal como debe ser.
Otro gran y definitivo acierto son los personajes. Las víctimas sufren y trasladan el dolor y la desesperación a la platea. Los encargados de la investigación se ven como personajes reales, bien argentinos y puteadores sin caer en el exagerado ni pisar el neutro.
Todo esto, obra del guion y de las interpretaciones logradas en su conjunto. Mención aparte para Elvira Onetto, puro carisma y compromiso para un personaje de esos que pasan al recuerdo de la historia del terror. La doctora Móra Álvarez es pasión.
Demián Rugna da un paso definitivo dentro de los grandes realizadores de terror con "Aterrados", una película que sólo el tiempo dirá pueda cumplir su destino de clásico del género. Elementos elogiosos le sobran.