Atenas

Crítica de Mercedes Orden - Cinema Sonor

Perséfore (Débora González) acaba de conseguir la libertad condicional. Después de pasar cuatro años y seis meses encerrada, le toca entender cómo está el mundo del otro lado de las rejas. Al salir, nadie la espera y ella camina, sin saber cómo llegar hasta su casa. ¿Pero es que tiene alguna casa? en verdad no, sus padres murieron y ella está sola. Luego de una serie de obstáculos -como el de conseguir una tarjeta de transporte para poder viajar en colectivo y así volver a Villa 21- va a visitar a una amiga quien, tras darle la bienvenida con alegría, le explica que sólo la puede hospedar una noche, ya que todos allí están en una situación similar, tratando de sobrevivir como se pueda.
Perséfore sigue su camino, improvisando sobre la marcha. Quiere rescatarse y no volver a delinquir, pero ese deseo no depende sólo de su persona sino también de un entramado social cuya organización funciona excluyéndola. A pesar de esa lógica, los lazos de solidaridad se generan entre los pares y entonces una mujer a quien acaba de conocer entiende su desesperación y la invita a vivir en su casa mientras la joven comienza a pensar en su presente y futuro próximo. Una casa cuyo retratos homenajean las figuras de “héroes” populares como Evita, el Che y el padre Mugica, héroes cuyas acciones buscaron el modo de darle dignidad a la clase marginada, esa misma de las que ellas ahora son parte.