Así habló el cambista

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Desde Acné, su ópera prima, Federico Veiroj se volvió uno de los pocos nombres fuertes del cine uruguayo de los últimos tiempos. Las cinco películas que dirigió muestran a un autor centrado en antihéroes cotidianos ante situaciones decisivas de su ida. Así habló el cambista es su película más ambiciosa visual y narrativamente, con idas y venidas a distintos períodos históricos, pero nunca deja de lado su esencia.

La película está contada desde el punto de vista de Humberto Brause (Daniel Hendler), un cambista uruguayo que se vuelve un especialista en el rubro. Vemos sus comienzos como alumno aplicado de Schweinsteiger (Luis Machín), cómo se enamora de Gudrun (Dolores Fonzi), la hija de su mentor, y cómo va perdiendo la moral a medida que se va juntando con individuos tan poderosos como siniestros.

Por primera vez en su carrera, Veiroj nos presenta a un personaje de comportamientos cuestionables, turbios, que llega a extremos muy oscuros motivo por su ambición desmedida. Sin embargo, el director logra que los espectadores puedan seguirlo gracias a pinceladas de ironía, a rasgos que consiguen hacerlo más terrenal, como la llamativa dentadura. En ese sentido, no se diferencia tanto de otras criaturas del director. De esta manera, la película funciona como una comedia dramática con elementos de thriller, que no se preocupa en disimular la amargura feroz que hay de fondo.

Otro acierto de Veiroj fue retratar diferentes épocas (empezando por 1975) a partir de detalles específicos de arte (decorados, vestuario, peinados) y fotografía, pero sin que los recursos de producción tapen la historia. El arte y la fotografía, además, no dejan de ser utilizadas en función a la psicología y los momentos de cada personaje.

Daniel Hendler por primera vez es dirigido por Veiroj, más allá de que venían colaborando juntos desde hace años, pero detrás de cámara. Aquí tiene uno de los papeles más densos y complejos de su carrera, aunque su actuación, como el guión, logra que Brause nunca genere rechazo. Dolores Fonzi demuestra que está en un momento de esplendor, ya que resulta convincente a la hora de reflejar las diferentes capas de Gudrun. En tanto, Luis Machín aporta su efectividad acostumbrada en el rol de un maestro superado por su discípulo. No menos destacable en la labor de Benjamín Vicuña como un siniestro perseguidor ni la de Germán de Silva componiendo a un individuo clave para la reputación de Brause.

En Así habló el cambista, Veiroj demuestra que le sobra capacidad para encarar proyectos más grandes, con elencos internacionales de gran nivel, y que al mismo tiempo sigan siendo films personales.