Asesinos de Elite

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Buen suspenso sobre increíble caso real

Jason Statham es un ex mercenario que no querría volver a esa estresante línea laboral, pero no sólo tiene que liquidar a varios militares británicos de alto rango sino que, además, debe lograr que su muerte parezca un accidente. Pero antes debe obtener en tape sus confesiones sobre los homicidios cometidos en una intervención inglesa en Omán.

Y por si esto fuera poco, no lo hace por dinero, sino para salvar a su mentor, el veterano mercenario Robert De Niro, que aceptó la misión imposible por seis millones de dólares, y luego intentó huir poque no quería ser kamikaze. Y lo mejor es que todo esto está basado en una historia real.

Este thriller conspirativo sólo simula el estilo cerebral británico para inmediatamente hacer que explote todo con la tipica super acción descerebrada hollywoodense. La mezcla, por absurdo que parezca, funciona bastante bien en la práctica. Los lugares comunes del género están tan retorcidos que dan lugar a secuencias realmente imprevisibles, sobre todo las que tienen que ver con que los homicidios parezcan accidentes. Especialmente cuando todo esto sucede en 1980, fecha que impide la presencia de gadgets tecnológicos actuales, mientras que otorga cierta estética vintage y un toque político interesante, que podría serlo aún más de haber sostenido algún tipo de rigor histórico.

La película está sólida e imaginativamente filmada, con intensas escenas violentas, a veces tan exageradamente intensas como para que el espectador pueda burlarse del apasionado antagonismo entre Statham y su archienemigo Clive Owen fanatizado por el lavado de cerebro del establishment. De Niro brilla en la pantalla casi cada vez que aparece, sólo que el guión no lo ayuda: se pasa demasiado tiempo preso en una mazmorra, y cuando sale de ahí, apenas le quedan un par de chistes.

Con todos sus defectos, no se puede negar que el film mantiene el suspenso y la tensión más allá de sus lugares comunes, y que muchas de las que podrían ser llamadas escenas de acción están diseñadas para impactar como imágenes realmente violentas.