Asesino sin memoria

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Desde el desastre de Linterna verde, con Ryan Reynolds, el director Martin Campbell volvió a concentrarse en el género de acción, donde supo brindar los mejores títulos de su carrera. Muy especialmente en la saga de James Bond que revivió en dos oportunidades con Golden Eye y Casino Royale.

Alejado del circuito de los grandes estudios en la actualidad trabaja con presupuestos muy limitados en películas que encuentran su mayor atractivo en los repartos seleccionados. Dentro de esta última etapa de Campbell, The Foreigner (con Jackie Chan y Pierce Brosnan) sigue siendo su mejor obra y lamentablemente Asesino sin memoria no llega a estar a la misma altura.

El film cuenta con la misma desventaja que sobresalió en su labor previa, The Protégé (Maggie Chan), donde tomó un concepto demasiado trillado (el típico clon de Nikita) sin aportarle ningún condimento creativo.

En este caso se trata de la clásica historia del asesino a sueldo que busca retirarse y se niega a cumplir la misión que le encargan sus empleadores. La única adición es que el personaje padece Alzheimer y tiene problemas con la memoria, algo que tampoco se explora demasiado en la trama.

Campbell construye el conflicto con dos subtramas independientes que eventualmente confluyen entre sí. Por un lado tenemos la historia del killer interpretado por Liam Neeson que intenta cambiar su vida, mientras que Guy Pearce compone a un agente del FBI que busca desbaratar una red de prostitución infantil. Sin la presencia de ellos dos la verdad que sería complicado terminar de ver este film debido a que el argumento resulta demasiado familiar y en el pasado se trabajó en propuestas superiores.

La acción es escasa y se limita a una par de secuencias de tiroteos donde se nota que el director no tuvo el presupuesto para presentar una labor más ambiciosa en este aspecto. Todo sabemos los que puede hacer cuando lo ponen a cargo de superproducciones y sus antecedentes en la saga de 007 son contundentes.

En Memoria de un asesino tuvo que arreglarse con los pocos recursos que tenía disponible y por eso el tono del film se enfoca más en el thriller policial que el cine de acción. Neeson al menos le pone onda a su personaje que en un momento aporta una especie de homenaje a una recordada escena de Rambo 3.

Queda la sensación que la dupla que forma con Pearce se podría haber aprovechado en un guión un poco más elaborado en lugar de un film clase B que representa una anécdota olvidable de sus filmografías.