Ártico

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

Cámara en mano, nerviosa y muy cercana a su objeto, un personaje es seguido, durante todo un dia, entre el amanecer y el anochecer, tras el pago del rescate del secuestro de su mujer, Artico, fría como su título es la última película de Santiago Lozza (Extraño y Cuatro Mujeres descalzas) y se presenta en competencia argentina en este Festival.

Zonas marginales y costeras de la provincia de Entre Rios enmarcan un personaje que con todo el aspecto de yuppie y cuyo punto de vista nunca nos abandona, parece vagar por un laberinto interminable. Entre los llamados de los secuestradores y los de su hija, los 90 minutos que dura no hacen más que alargar esa sensación de hastío ante lo inexplicable. No hay desesperación en esa búsqueda, solamente hay un uso hasta el agotamiento de una càmara pegada a la nuca, que fragmenta o borronea todo espacio al que se aproxime el personaje. No sabemos cómo se llama, no sabemos cómo termina. Asistimos durante 80 minutos a un vagar por adentro de un laberinto sin entender muy bien por qué.