Arrieros

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Buenísimo documental etnográfico del director de Soy Huao.LA NATURALEZA AL DESCUBIERTO: Cielo diáfano, sol intenso, perfecto silencio.

Arrieros es un film que podría inscribirse en lo mejor del documental etnográfico. Segunda propuesta en el género de su director, quien comenzara con Soy Huao (2009), parte de una trilogía a completar con Pescadores.

A Baldana le interesa rescatar las historias de aquellas comunidades que aún conviven- por elección- con la naturaleza. Probablemente como un modo de enfrentar al espectador al estricto reverso de su realidad.

El contexto de Soy Huao fue la Selva Amazónica Ecuatoriana, Pescadores se rodó en Manguiseco, al noreste de Brasil y Arrieros en la Cordillera de los Andes.

A sólo dos horas de auto de Santiago de Chile viven un pequeño grupo de familias, que han decidido continuar viviendo de un trabajo ancestral, lo que les permite cubrir sus necesidades básicas, comer, vestirse? y vivir.

El registro de estas imágenes-realizadas con una excelente fotografía- da cuenta, de que se puede vivir en un contacto directo con la naturaleza, sin luz, sin agua corriente, y que el confort en todo caso forma parte de la fidelidad a una elección de vida, y que en todo caso es interior. Aunque por momentos genera asombro y un cierto extrañamiento ver la naturalidad con que son asumidas las tareas de la cotidianeidad.

Hacer el queso, el pan de todos los días, carnear los animales, sacar sus pieles, arriarlos, convivir con ellos, bañarse en depósitos naturales de agua del deshielo?disfrutar de las pequeñas, grandes cosas, que la naturaleza nos ofrece.

Los diálogos iluminados apenas por el fuego o por una lámpara que deja reconocer los rostros, orgullosos de su trabajo, apegados a sus tradiciones, a sus canciones, ocupados en sus tareas, des-preocupados del consumismo, con tiempo para reír, hacer chistes, festejar cumpleaños, en el medio de la real naturaleza.

Arrieros es una propuesta documental y en cierto sentido radical, porque genera en el espectador una inmediata reflexión respecto a la elección de esta comunidad y a la realidad que los/nos circunda.

El arrieraje ha sido una actividad fundamental del mundo andino, tanto para el manejo de los animales, como para el conocimiento de las rutas, de los caminos preexistentes, a pesar de que la misma fue mutando a fines del XIX con la llegada del ferrocarril. El arriero de hecho es quien conoce el arte de vivir y sobrevivir en la montaña y ARRIEROS es a estos efectos un documento fílmico sobre el comportamiento y las actitudes, que se dejan ver desde la cotidianeidad.

Un film para disfrutar y una cultura para interpretar.