Arreo

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

En DocBuenosAires habia visto en el 2012 Nómades del invierno, una pelicula suiza de Manuel von Stürler, en la que dos pastores, Pascal y Carole, llevaban a sus ovejas a lo largo de 600 kilometros de la región suizo-francesa. Aquel espíritu de ,road movie la trashumancia chocaba con la modernidad de una Europa apretada en ciudades, pueblos, rutas y , adquiere en esta pelicula mendocina una dimensión más abierta, despejada, patagónica al fin.

Tampoco Arreo, tiene que ver con Arrieros, de Juan Baldana, aunque el tema es el mismo, el documental del director de Soy Huao transcurre en Chile y es mucho más obediente al sistema de una observación más dura, más desprolija, de una cámara más entrometida, movediza y un montaje más desordenado y caótico.

Tato Moreno, director de Arreo, tambien hace la estupenda fotografía haciendo brillar de colores el paisaje sin que nunca pierda lo humano la dimensión que merece. En la Mendoza de Arreo lo humano es la comida, la radio, el guitarreo, los hijos que eligen estudiar, los que se fueron a la ciudad y vuelven a arrear despues de un tiempo, la tierra que pertenece que es de quien la trabaja, la familia y la tradición. Junto al hombre y la mujer,perros, caballos y cabras.

El modo de presentar los testimonios de Eliseo Parada y su familia es inteligente: alterna , relatos a cámara con otros en medio de situaciones cotidianas, esto le da a la narración una naturalidad y una fluidez que no agota los recursos del propio tema y que termina construyendo una visión desde dentro, en la que tampoco hay un regodeo en el lamento por el avance de lo civilizatorio. Esto ultimo queda en manos de la imagen, cosa que resulta más que bien.

Vayan a ver Arreo, cine mendocino de calidad.