Argo

Crítica de Cecilia Martinez - A Sala Llena

Ups, he did it again…

Y sí, como se esperaba, como varios esperábamos, Ben Affleck lo hizo de nuevo. Hoy leía una nota de Javier Porta Fouz en la Rolling Stone en la que habla de las peores cosas que hizo BA en su bastante paupérrima carrera como actor. Mi nota iba a ir por ese lado, cómo un actor de comedia barata y melodrama pedorro –con Pearl Harbor a la cabeza de la lista de mojigangas berretas y grasulientas– puede rescatarse y resurgir de sus cenizas. Bueno, como bien decía Porta Fouz, eso es Ben Affleck, un tipo que supo ver a tiempo su irrevocable futuro encasillado en la mediocridad y lo revirtió, para convertirse así en un gran realizador de enormes historias. Y, en esta última, además, se da el lujo de ponerse a sí mismo como protagonista y héroe absoluto. Como dije en un post de Facebook casi inmediatamente después de salir del cine, ¡qué ganas de ser Ben Affeck por un rato! ¡Qué ganas de verme en la pantalla grande, dirigida por mí misma, y sentir orgullo de mí y de mi película!..