Argentina, 1985

Crítica de Maia Ciávatta - La Prensa

Cuando una película está basada en hechos históricos reales no hay mucho que agregar. Sólo queda ajustarse a los relatos y crónicas de lo sucedido y, desde allí, es obra del director darle el vuelo correspondiente para imprimirle su sello y no caer en el género documental, que no está mal pero no tiene la poética de un filme.­

Por eso no debe haber sido casual que la historia de cómo el fiscal Julio Strassera hizo para llevar a juicio a los jerarcas de las más reciente dictadura militar argentina haya sido la elegida para contar en `Argentina, 1985'.­

De todos los relatos posibles sobre la etapa más negra de la historia argentina, el director Santiago Mitre eligió este que se podría decir que es el más esperanzador y lindo si se quiere, entre tanta oscuridad.­

La película -preseleccionada para el Oscar- muestra el trasfondo de la vida de Strassera, recreado por Ricardo Darín en un papel consagratorio. El fiscal era un ser muy peculiar y Darín supo leerlo, con sus mañas, sus miedos y su profundo amor por su profesión y por la Justicia.­

Se deja en claro que su motivación no era el fanatismo político sino que obró movido por la necesidad imperiosa de llevar al banquillo a quienes secuestraron, mataron y asesinaron a personas inocentes en la mayoría de los casos y los que no, tenían derecho a un juicio justo.­

La comunión Darín-Mitre -que ya se había dado en 2017 en `La cordillera'- es tangible en `Argentina, 1985'. Así como se dice que a Lionel Messi se le arma el equipo en función de explotar al máximo sus virtudes, con Darín parece ocurrir lo mismo, más aún con él y su hijo `Chino' formando parte de la producción con Kenya Films.­

Como ladero tiene Darín a Peter Lanzani, quien da vida al fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo, un joven abogado que proviene de una familia de militares a cuya madre no le hace ninguna gracia que su hijo sea una de las caras visibles del juicio. De hecho, esa línea argumentativa del filme es una de las más ambiciosas -por no decir fantasiosas- por el cambio de pensamiento que termina teniendo la matriarca.­

­`BUDDY MOVIE'­

Así que es que la dupla de Darín y Lanzani transforma a `Argentina, 1985' en una buddy movie épica, unidos en la titánica labor no sólo de intentar meter tras las rejas a los genocidas sino de exponer por primera vez a todo el país y ante un tribunal las atrocidades cometidas en boca de sobrevivientes.­

Una de las claves del largometraje es la humanidad de los protagonistas. Son seres comunes y corrientes con, en el caso de Strassera, una familia detrás que temía por su vida. En este punto, Alejandra Flechner como su esposa y Santiago Armas y Antonia Bengoechea como sus hijos, protagonizan las escenas más conmovedoras y también desopilantes.­

Porque sí, `Argentina, 1985' tiene momentos de comicidad excelentes que ayudan a descomprimir la parte más pesada del relato. Y ese también es un mérito del elenco joven, que recreó a los ayudantes recién recibidos de Strassera, quienes tuvieron que trabajar contrarreloj para llevar las pruebas al juicio.­

A diferencia de otras películas de la dictadura, el largometraje escrito por Mitre y Mariano Llinás no abusa del golpe bajo. Pero la crudeza de los testimonios habla por sí sola y los que dan cátedra también son Claudio Da Passano, Carlos Portaluppi, Héctor Díaz y Alejo García Pinto en roles secundarios pero contundentes.­

­MEMORIA­

Filmada en locaciones de la Cámara Nacional de Apelaciones, donde sucedió el juicio en la vida real, es una película que busca convencer, no es imparcial, se apoya en la premisa de que todo ser humano merece un juicio justo y no teme a tildar de `fachos' a los represores y sus simpatizantes. Y que una figura tan mainstream como Darín -que siempre se ha mantenido muy cauta a la hora de hablar de política- se haya prestado a protagonizarla, no hace más que darle aún más credibilidad a esos conceptos.­

Esta suerte de héroes de carne y hueso unidos para hacer justicia es un poco romántica tal vez. Si bien la atmósfera oscura y algo sórdida de los primeros años de democracia está, algunas cuestiones lucen un poco endulzadas. Sin embargo, eso no le quita el mérito a `Argentina, 1985', un ejercicio de memoria de una historia que merecía ser revisitada para los que la vivieron y contada a las nuevas generaciones.­