Araña

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Por Mano Propia

Tras presenciar un robo en la calle, un hombre de aspecto bastante desmejorado decide perseguir al delincuente mientras huye. Durante la persecución queda claro que no tiene ninguna voluntad de detenerlo, y cuando finalmente lo alcanza lo asesina a sangre fría. Por el hecho es arrestado en el lugar y su cara aparece en los medios, donde es reconocido por gente de su pasado que estaba conforme con su exilio o hasta esperaban que no estuviera vivo.

El resurgir de Gerardo (Pedro Fontaine  / Marcelo Alonso) después de tantos años despierta recuerdos reprimidos en Inés (Mercedes Morán / María Valverde). Comienza a revivir aquellos años donde junto a su marido, Justo (Gabriel Urzúa / Felipe Armas), los reclutaron para unirse a un grupo paramilitar de ideología fascista conocido como Frente Nacionalista Patria y Libertad, dedicado a combatir al gobierno socialista de Salvador Allende con actos de terrorismo y sabotaje. Las acciones de las versiones mayores de ambos dejan claro que las cosas no terminaron bien entre los tres, pero será a fuerza de flashbacks que se irá revelando el por qué.

De modelo a Oligarca

La narración de Araña está partida en dos, en más de un sentido. El más obvio es temporal, porque cuenta una historia separada por cincuenta años interpretada por elencos diferentes para cada versión de los personajes y con el foco puesto más sobre en el pasado que en el presente. Pero también hay una fragmentación temática que hace convivir el discurso político con los conflictos internos de los personajes, un cruce que no resulta tan exitoso porque hace que ambos pierden fuerza; tanto el desarrollo de los personajes como el de su contexto político se quedan a medio camino, como si pretendiera mostrar una situación sin tomar una postura fuerte.

Sin embargo, la propuesta de Arañaes un poco más sutil y compleja de lo que puede parecer a primera vista, con historias y personajes que no se desarrollan de forma explícita pero que igualmente están insinuados. Más allá de los datos históricos que le dan contexto a la trama, pero que la película no se detiene a profundizar porque acertadamente los asume de público conocimiento, hay acciones y comportamientos que solo toman un poco más de sentido una vez que se conoce la historia completa. Pero es probable que para ese momento el interés ya esté disipado por una trama sin muchas vueltas y de ritmo endeble que no termina de responder todas las preguntas que plantea, especialmente en la parte actual de la historia donde abre algunos hilos que ni siquiera intenta seguir desarrollando.

Todo lo que ofrece Araña para darle cuerpo a su historia, como las actuaciones o la recreación de época, alcanza un nivel de justa corrección que no destaca por brillante ni por fallido, un resultado acorde a la tibieza que alcanza como producto final.