Aquel martes después de Navidad

Crítica de María A. Melchiori - Cine & Medios

Entre dos amores

Paul y Adriana llevan juntos muchos años. Diez de casados, con una niña excepcional de por medio y una rutina sólida, bien establecida. Sin embargo, Paul oculta una doble vida: desde hace seis meses tiene como amante a Raluca, la dentista de su hija. Justo cuando la existencia se le vuelve cuestionable, aparece la posibilidad de un amor diferente al que se había acostumbrado a experimentar con Adriana. Mientras se acercan las fiestas, Paul se siente obligado a tomar una decisión. ¿Estará listo para afrontar las consecuencias?
Desde el desembarco de excelentes productos como "La noche del señor Lazarescu", "Cuatro meses, tres semanas, dos días" y "Bucarest 12:08" entre otros, el cine rumano se posicionó como una opción sólida a la hora de considerar un cine diverso, escapándole a propuestas habituales en tono de comedia, acción o drama. Con este largometraje estrenado en Cannes, el director Radu Muntean confirma la tendencia y ofrece uno de esos dramas donde el peso específico de los climas, los espacios y los silencios es tan fundamental como la gestualidad o dicción de los actores.
Casi teatral por momentos, la propuesta apunta casi exclusivamente a Paul: es su decisión la que cuenta la historia, todo lo que sucede en el medio le da al espectador un panorama de todo lo que el protagonista tiene por perder o por ganar, según a qué amor apueste.
Cautivadora, íntima y por momentos hipnótica (una larga escena clave, sin cortes, entre Paul y Adriana sencillamente corta el aliento por la expectativa que genera), esta película merece ser vista con especial atención. Quizá su única limitación sea la temática, ya que al girar en torno a un eje temático (el surgimiento de un nuevo amor y los conflictos subsiguientes) y a un personaje de forma casi exclusiva, el público acostumbrado a devenires efectistas puede perder algo de interés.