Apurimac: El Dios que habla

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

El director Miguel Mato propone esta experiencia sensorial y visual a partir de imágenes de una banda sonora constituida por cuencos tibetanos, percusiones y ocarinas, sin necesidad de relatos en off o testimonios. Entre el paisaje subyugante peruano y el ritual de renovación anual del Queswachca, la construcción de un puente de unidad de dos orillas y el encuentro de cuatro comunidades  con su cultura ancestral, el resultado conmueve rotundamente al espectador. Se trata de un ritual que todos comienzan por separado, la búsqueda del material natural para fabricar un trenzado especial, luego la unión de esos esforzados trabajos y por fin el resultado. Esde una experiencia repetida pero siempre sorprendente para los ojos de una civilización apurada que suele no reparar en maravillosos rituales que se realizan desde la cultura incaica. Un material valioso realzado por una realización que resalta el entorno natural, los trabajos humanos y una ceremonia de unión con lo sagrado.